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Guillermo Dupuy

La "metedura de pata" de Basagoiti

No utilicemos la "metedura de pata" de Basagoiti para meter una todavía mayor como sería la de utilizarla de excusa para no respaldar una manifestación como la que, sin proclamas de pureza, nos convocan todas las asociaciones de víctimas.

Siento gran admiración por todos aquellos que se enfrentan al nacionalismo, en general, y a ETA, muy en particular. Sin embargo, ni la lucidez ni la valentía con la que Antonio Basagoiti ha hecho esto a lo largo de su vida me ciega como para negar el hecho de que el presidente del PP vasco ha metido la pata. La metemos todos con mayor o menor frecuencia, y él la ha metido, a mi modo de ver, al considerar este domingo en El Mundo que la manifestación, convocada por la Asociación Víctimas del Terrorismo para el próximo 9 de abril "es para apoyar al Gobierno y que siga con la exigencia contra ETA, por eso es impecable".

La presidenta de la asociación convocante, Ángeles Pedraza (a la que desde aquí le expreso mi apoyo y agradecimiento por dicha convocatoria) ya ha criticado esa metedura de pata del político vasco al señalar que "la manifestación no es para apoyar al Gobierno, por supuesto, sino para exigirle que ETA no esté en las instituciones bajo ningún disfraz, ni con plan A, ni con plan B, ni con plan C. Es una manifestación de exigencia".

No incidiré en esa metedura de pata, que el propio Basagoiti ha medio sacado en posteriores declaraciones a Dieter Brandau, y que tanto él como la propia presidenta de la AVT (dicho sea con el mismo afectuoso respeto para ambos) también pudieron meter, a mi modo de ver, no respaldando la manifestación del pasado 5 de febrero convocada por Voces contra el Terrorismo.

En cualquier caso, sí quiero incidir en el comentario de Basagoiti respecto al discurso de Mayor Oreja, que también me ha parecido sumamente insatisfactorio. Dice Basagoiti que "Mayor Oreja hace un diagnóstico político y una reflexión, pero no hay ninguna prueba de eso. No creo que ahora estemos en la misma situación que hace cuatro años".

Para empezar, el primero que dice que no estamos en la misma situación que hace cuatro años, sino ante un proceso de negociación muchísimo más soterrado y donde, tal vez el entreguismo del Gobierno hacia ETA sea menor o, en cualquier caso, menos descarado, es el propio Mayor Oreja. Con todo, para una "reflexión" o incluso para un "diagnóstico político" como el de Mayor Oreja no se requiere de "pruebas" tan inequívocas y concluyentes como las que exige una condena penal. Bastan hechos indiciarios, como a mi modo de ver sobran en este caso como para pensar que el Gobierno de Rubalcaba sigue enredado en inconfesables negociaciones con ETA.

Tal es el hecho del bochornoso silencio de todos estos meses del Gobierno y de su dependiente Fiscalía ante el nada encubierto deseo de ETA y Batasuna –valga la redundancia– de servirse de las siglas de Eusko Alkartasuna para burlar la ley de partidos, o ante el enaltecimiento que dirigentes de ambos "partidos" han hecho de etarras al calificarlos de "presos políticos".

Otro hecho, que no hipótesis, es la reiterada y tozuda negativa del Gobierno a derogar esa infame resolución parlamentaria favorable al "final dialogado de la violencia", o su no menos vergonzosa negativa a disolver los ayuntamientos que, a día de hoy, siguen teniendo presencia proetarra. También es un hecho, y no una reflexión, que a día de hoy Josu Ternera sigue sin ser detenido y que, en su lugar, Zapatero le hacía llegar mensajitos a través de Eguiguren, como este mismo impunemente ha confesado. También es un hecho, y no una hipótesis, que el principal responsable político –y probablemente penal– del delito de colaboración con banda armada que supuso el chivatazo policial a ETA, Alfredo Pérez Rubalcaba, sigue sin presentar su dimisión. Otro tanto podríamos decir del hecho que constituyen los bochornosos privilegios y permisos que el Gobierno está concediendo a criminales irredentos por un falso arrepentimiento que les encamina a la impunidad.

No aburriré al señor Basagoiti con muchísimos otros hechos que él sabe mejor que yo que sustentan legítimamente diagnósticos y reflexiones como los que protagoniza Mayor Oreja respecto a ETA y el nihilista Gobierno de Zapatero. Y, desde luego, estoy seguro que para Basagoiti esos innegables y bochornosos hechos no son, precisamente, una muestra de exigencia contra ETA por parte del Ejecutivo que deba continuar y, menos aun, ser respaldada en una manifestación convocada por las víctimas.

Demos, pues, por sacada la metedura de pata de Basagoiti, y no la utilicemos como excusa para meter una todavía mayor como sería la de utilizarla para no respaldar una manifestación como a la que, sin proclamas de pureza, sin maniqueísmos, sin reproches y sin afanes de protagonismo, debemos acudir y a la que nos convocan todas las asociaciones de víctimas contra el terrorismo. Que por nosotros no quede.

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