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Guillermo Dupuy

Rajoy hace buenos a los socialistas vascos

Bastante más nauseabundo que el acuerdo PNV-PSE es lo que ha hecho y se dispone a hacer Rajoy con el secesionismo fuera de la ley en Cataluña.

Teniendo presente que el PSOE anda descabezado, pero, sobre todo, siendo conscientes de que tres de cada cuatro escaños del Parlamento vasco están ocupados por partidarios del mal llamado derecho de autodeterminación, les diría que hasta me parece un alivio el acuerdo de gobierno alcanzado por el PSE y el PNV, por mucho que en él los nacionalistas vasco no renuncien a reivindicar a Euskadi como nación ni al "derecho a decidir en un marco de negociación y acuerdo dentro del ordenamiento jurídico vigente".

Al margen de que el ejercicio del "derecho a decidir" de los vascos dentro de un ordenamiento jurídico que se fundamenta en la soberanía de todos los españoles es como pretender violar a una monja sin saltarse el derecho canónico, lo importante del acuerdo es que mantiene al PNV lejos de la vía abiertamente separatista y revolucionaria que representan Podemos y los proetarras. O el secesionismo catalán.

A este respecto, bastante más nauseabundo me parece a mí lo que el Gobierno de Rajoy ha hecho y se dispone a hacer con el separatismo catalán, al que ya ha brindado impunidad y financiación extraordinaria, y con el que en esta legislatura quiere llegar a acuerdos todavía más nutritivos con la errada esperanza de que dándole más nueces dejarán de sacudir el árbol. Eso, por no hablar de que el PNV con el que han pactado los socialistas es el mismo con el que el Gobierno de Rajoy está negociando para llegar a un acuerdo para aprobar los Presupuestos Generales del Estado.

Pero, volviendo a Cataluña: que Mariano Sáenz de Santamaría dote de plenos poderes a Millo y degrade a Albiol no debería extrañar a nadie. El nombramiento en su día de Albiol solo pretendía hacer olvidar a los catalanes una condescendencia hacia el nacionalismo que Génova siempre ha mantenido. Lo grave, lo absolutamente indecente de este Gobierno es que se desviva por tender "la mano derecha y, en esta etapa, la mano izquierda para construir el diálogo y el entendimiento" con quienes han protagonizado y siguen protagonizando lo que es un golpe de Estado institucionalizado.

Dado que este Gobierno no se atreve a hacer cumplir la ley a los nacionalistas, no le queda más que tratar de comprarlos tirando de chequera. No lo conseguirá, pero den por seguro que "la mano derecha y la izquierda" de este Gobierno se meterán en el bolsillo del contribuyente: mediante más impuestos, tratan de contentar a los que no se van a contentar. Vamos, como para que alguien del PP o alguien que haya votado a Rajoy se rasgue las vestiduras por lo que hacen o dejan de hacer los socialistas en el País Vasco.

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