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Guillermo Dupuy

Si vamos despacio, contemos mentiras

Al presidente del Gobierno no le pedimos facultades de pitonisa, pero sí al menos que no tenga la desfachatez de hablar de "recuperación" cuando nuestra economía sigue en "crecimiento negativo" y destruyendo empleo.

"Ahora que vamos despacio, ahora que vamos despacio, vamos a contar mentiras, tralará". Así comienza la conocida canción infantil que ha debido de inspirar a Zapatero para afirmar, en una mesa redonda sobre el ritmo de crecimiento de nuestra economía organizada por The Economist, que "la recuperación ya se ha iniciado". Le ha faltado añadir el "tralará", pero con la que está cayendo, la afirmación de Zapatero no tiene mucho que envidiar a la de que "por el mar corren las liebres, por el monte las sardinas".

Le ha faltado –eso sí– originalidad, si tenemos en cuenta que el presidente del Gobierno ya había detectado "brotes verdes" en nuestra economía el pasado mes de mayo, poco antes de las elecciones europeas y poco después de que el presidente todavía se negara a admitir que España estuviera sufriendo una crisis económica. Ahora como entonces, Zapatero no ha podido señalar en qué se basa para hablar de "recuperación" o de "brotes verdes". Por el contrario, el presidente ha admitido desconocer cuándo esta peculiar y delirante "recuperación" empezará a generar empleo estable.

Al presidente del Gobierno no le pedimos facultades de pitonisa, pero sí al menos que no tenga la desfachatez de hablar de "recuperación" cuando nuestra economía sigue en "crecimiento negativo" y destruyendo empleo. Está visto, sin embargo, que Zapatero nos toma como niños y prueba de ello es también la segunda "bola" a la que ha recurrido para explicar por qué España está tardando más que el resto del mundo desarrollado en salir de la crisis. La razón no está, naturalmente, en su desastrosa política económica, sino al hecho, según él, de que la economía española también entró en crisis "más tarde".

Naturalmente, si nuestra economía entró en crisis, no en el momento en que lo hizo, sino cuando así lo reconoció Zapatero, España empezó a padecerla mucho después que el resto de los países. Si encima, y por seguir la versión de Zapatero, la economía española ya exhibía brotes verdes en junio, podríamos decir que la crisis en nuestro país ha sido un visto y no visto. La realidad, sin embargo, es que las alarmas en nuestro país se encendieron mucho antes que en el resto, mucho antes de que se iniciara el estallido de las subprime y de la crisis financiera internacional. Prueba de ello no son ya los alarmantes informes de numerosas instituciones internacionales y analistas independientes sobre nuestra economía, sino los propios informes del Banco de España que también advertían del declive de nuestro crecimiento mucho antes del estallido de la crisis financiera internacional. Son los informes, por cierto, que el gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez ocultó a la opinión pública para no perjudicar las expectativas electorales del PSOE en las elecciones generales de marzo de 2008.

Por otra parte, las crisis económicas no tienen horario de entrada ni de salida. No obligan a un determinado tiempo de permanencia. Su existencia y duración dependen de las políticas que se han llevado a cabo para evitarlas o salir de ellas. En este sentido, el propio gobernador del Banco de España –dicho sea en su descargo– ha tenido este lunes la honradez de hacer un diagnostico de situación mucho más compatible con la realidad y de advertir que si no se adoptan "con prontitud reformas profundas", especialmente las dirigidas a lograr un mercado laboral más flexible, "nuestras perspectivas se inclinarán hacia un entorno de recuperación lenta, con elevados niveles de desempleo y gasto público". Y es que, como también ha señalado con acierto Rajoy, Zapatero "confunde estancamiento con recuperación". Y en esas estamos. Que como vamos despacio, Zapatero nos cuenta mentiras. Tralará.

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