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Guillermo Dupuy

Vox y la enmienda del PP

Votar a Ciudadanos tal vez sea la forma más útil, pero no la única, de castigar y tratar de enmendar la corrupción ideológica del PP.

Tienen razón algunos amigos y amables lectores al reprocharme que, en mi último artículo, "A qué partido votar para regenerar al PP", sólo contemplara la posibilidad de votar a Ciudadanos como forma de castigar y tratar de enmendar lo que en su día llamé la corrupción ideológica del PP.

He de decir, no obstante, en mi descargo que el mismo día de su aparición ya mostré la enorme simpatía que me producía Vox, partido con el que tengo más afinidad política que con la extinta UPyD y con la rampante formación que lidera Albert Rivera. Lo que me preocupaba entones y, en menor medida, ahora era el riesgo de dispersión del regeneracionismo entre estas tres nuevas formaciones políticas, cuyas diferencias ideológicas me parecían y me siguen pareciendo de relevancia menor ante la crítica situación de nuestro país y la degradación de los dos grandes partidos supuestamente nacionales.

Aunque las elecciones europeas pasaron factura a ese empecinamiento del regeneracionismo por presentarse en tres candidaturas separadas, Albert Rivera ha sabido en buena medida reunir bajo las siglas de Ciudadanos lo que Rosa Diez quería mantener por separado. Sigo sin entender qué impide que personas como Vidal-Quadras o Santiago Abascal no puedan estar en el mismo partido o en coalición con un Albert Rivera o un Juan Carlos Girauta; pero, en cualquier caso, a lo que aspiramos algunos no es tanto a que Ciudadanos o Vox sustituyan al PP como a que le obliguen a regenerarse y a recuperar sus traicionadas señas de identidad.

Desde este punto de vista, digamos que terapéutico, creo que el castigo al PP a través del voto a Vox ilustra mucho mejor por dónde debe ir la enmienda del partido de Rajoy que el voto a Ciudadanos. El problema está en que liberales y conservadores podemos castigar de forma mucho más severa a este PP envilecido votando a Ciudadanos que haciéndolo a Vox. Con poco castigo, habrá en el PP poco propósito de enmienda.

Si viviera en Madrid votaría a Aguirre en las municipales y muy probablemente a Abascal en las autonómicas. Reconozco, sin embargo, que la especificidad de Madrid y la enorme admiración que siento por ambos dirigentes políticos pueden ser malos consejeros de cara a hacer lo mismo en otros municipios y comunidades autónomas, donde creo que el voto más útil contra el PP desnortado es el dirigido a Ciudadanos.

No sé qué pensarán ustedes. Pero yo a lo que aspiro es a que el PP de Rajoy sufra un revés lo suficientemente grande como para provocar una catarsis que haga posible la vuelta a su seno de personas tan valiosas como Santiago Abascal, Ortega Lara, Vidal-Quadras y tantos otros que se han ido o fueron defenestrados. Sólo entonces consideraré que Ciudadanos ha dejado de ser lo que ahora es: un partido absolutamente necesario.

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