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Héctor Fernández

La evolución de los sexos

No está de moda que los científicos dediquen su tiempo a investigar todo aquello que diferencia a los hombres de las mujeres. No es lo políticamente correcto en una sociedad en la que estas distinciones traen aparejadas cargas valorativas e ideológicas que, sin duda, hieren las sensibilidades más diversas. Aún así, con pies de plomo en cada una de sus afirmaciones, tratando de ser objetivo, Desmond Morris, el autor de aquel memorable El mono desnudo, publica otro de sus asombrosos textos, Masculino y Femenino. Claves de la sexualidad, complemento de una serie televisiva de Partridge Films.

La tesis del famoso etólogo viene a decir que los géneros humanos, masculino y femenino, no estaban tan diferenciados en un principio. Conforme los sexos fueron especializando sus funciones en la comunidad, fueron divergiendo poco a poco tanto biológica como psicológicamente. El macho se especializó en la caza de grandes animales, teniendo que emprender campañas cinegéticas de larga duración. Por ello desarrolló su musculatura, su masa ósea y dental, su capacidad pulmonar, etc. La mujer, por el contrario, debía permanecer en la aldea y, en ausencia de ellos, organizar la comunidad, recolectar alimentos y ejercer de madre. Para ello era necesario que sus cuerpos acumulasen más reservas, ensanchasen la pelvis, etc.

Por otro lado, psicológicamente el hombre fue haciéndose cada vez más obstinado y valiente, al tiempo que se establecía un único objetivo a más largo plazo. La mujer, sin embargo, empezó a volverse más cautelosa, más comunicativa, y la naturaleza le dotó de un tipo de pensamiento de carácter multidireccional. Más adelante, con el nacimiento de la cultura, estos roles se hicieron sociales, explica el autor, de un modo similar a como Freud lo hiciera en su Malestar en la Cultura.

Curiosidades, anécdotas y las investigaciones científicas más peregrinas tienen cabida en un texto educativo, divertido y útil, que nos explica quiénes somos y por qué actuamos del modo en que lo hacemos y que, a la postre, nos deja el dulce regusto del multiculturalismo y la tolerancia.

Desmond Morris, Masculino y Femenino. Plaza & Janés (Debolsillo), Barcelona, 2000, 268 páginas.

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