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Hacia dónde va América Central

Al contrario de lo que ocurre más al sur, en particular en Venezuela, Argentina y Brasil, no se nota en América Central el crecimiento de una retórica anticapitalista, sin embargo, es una zona conservadora en su estatismo e indiscriminado asistencialismo, marcados por una corrupción que en algunos casos ya es "una forma de vida", de fuertes caudillismos e intereses creados.

Costa Rica tiene una baja liquidez externa cuando más del 50% del crédito local está dólarizado, sufre de excesivo gasto estatal y un sistema bancario altamente regulado. Panamá también tiene un gasto estatal exagerado, debido en su mayor parte a la seguridad social, bajo una economía dolarizada que no permite la fácil emisión monetaria.

En Guatemala, la polarización política limita la instrumentación de políticas sanas y se confronta un excesivo gasto social imposible de financiar. En la caribeña República Dominicana, el colapso de Banco Intercontinental S.A. (Baninter) provocó un verdadero caos debido a un sistema financiero y bancario altamente regulado por la coacción estatal. El peso dominicano se ha depreciado 50% desde 2002 y la inflación alcanzará 40% para fin de año.

El bajo rendimiento de la región en los últimos años ha estado en línea con el pobre desarrollo mundial. Ahora, la mayoría de los países comienza a experimentar un modesto crecimiento. Particularmente El Salvador y Costa Rica, donde el PIB alcanzará un aumento de 3% en 2003. El crecimiento del PIB en Panamá se estima en 2%, lo mismo que en Guatemala y se espera que se incremente a 3% o 4% en 2004. Por su parte, la economía dominicana se contraerá 3% en 2003 y crecerá apenas 1% en 2004.

La región enfrenta importantes elecciones –Guatemala (noviembre de 2003), El Salvador (marzo de 2004), República Dominicana (mayo de 2004) y Panamá (mayo de 2004). La polarización política, deja a Guatemala vulnerable al ciclo político. Sin embargo, una administración conservadora y los bajos niveles de deuda (22% del PIB) contribuyen a limitar el mal. El desafío es alcanzar un consenso básico en temas importantes, en particular sobre la reducción de los gastos estatales. En El Salvador, el partido opositor parece estar moderándose y podría respaldar la dolarización y políticas de libre comercio. En República Dominicana, las políticas económicas de los partidos son similares, con lo que las elecciones no traerán mayores cambios. En Panamá no se espera una significativa reforma del sistema de pensiones ni de las privatizaciones en la ex Zona del Canal, medidas necesarias para mejorar la situación fiscal.

Las remesas de los inmigrantes son factores importantes y en algunos casos superan la inversión extranjera directa. Esas remesas representan el 12% del PIB en El Salvador, 8% en República Dominicana y 5% en Guatemala. Están dirigidas a miembros de familias de bajos ingresos y actúan como una red de contención social más efectiva que los subsidios estatales. Estos pagos son anticíclicos: cuando la economía de un país baja, un mayor número de habitantes emigra a EEUU y aumentan las remesas. La emigración centroamericana y dominicana aumenta desde los años 90.

América Central está negociando un acuerdo comercial con EEUU. Costa Rica, El Salvador y Guatemala serían parte de un Central American Free Trade Agreement (CAFTA), junto con Honduras y Nicaragua. Estas negociaciones concluirán en diciembre de este año y EEUU anunció su intención de incluir a República Dominicana.

En varios aspectos, estos acuerdos sirven para consolidar privilegios; sin embargo, CAFTA podría tener resultados positivos: aumentaría la inversión extranjera directa, contribuyendo a mejorar la competitividad, y el acceso a los mercados de EEUU modificaría las economías de escala. El porcentaje de exportaciones sobre el PIB de Costa Rica es 43,5%, seguido de República Dominicana (33%), El Salvador (28%) y Guatemala (17%).

Costa Rica tiene nefastos monopolios en los sectores de telecomunicaciones, electricidad y seguros y una gran presencia estatal en el sector bancario. El tratado probablemente le brinde un período de transición para la liberalización.

Las conversaciones están comenzando con Panamá. De no existir un acuerdo en cuanto a la inversión extranjera, ese país enfrentaría una mayor competencia por parte del CAFTA.

© AIPE. Alejandro A. Tagliavini es miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE (Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas).

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