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Ignacio Villa

¡A por todas!

Ya nadie oculta que la carrera por la sucesión de José María Aznar ha comenzado. Después de la "tarascada" de las declaraciones de Álvarez Cascos, las aguas parece que se remansan, muy lentamente, por el bien de todos. Especialmente de los candidatos. Y es que todos los que aspiran a suceder al presidente del Gobierno les conviene, preferentemente, un ambiente de cierta armonía antes que las hostilidades públicas, cuando sólo falta un año para la elección definitiva. Pasado el remolino, vuelven a cuidarse las formas en la superficie, pero la guerra se mantiene subterránea. Ninguno quiere ceder. Nadie está dispuesto a dar un paso atrás. Todos quieren estar preparados para cuando llegue el momento decisivo.

En esas están los tres "oficiosos" –Rodrigo Rato, Mariano Rajoy y Jaime Mayor Oreja– y los que están en la recámara –Ángel Acebes, Eduardo Zaplana o Javier Arenas. Una señal inequívoca de voluntad para situarse en la primera línea de batalla es que todos han aceptado la invitación de la Escuela de Verano de Nuevas Generaciones que se celebra estos días en Marbella. Esta escuela, que desarrolla su actividad desde hace años, nunca había tenido un cartel con tanto lustre. Este año, de forma aparentemente imprevisible, han aterrizado en este foro que representa a muchos militantes del Partido Popular, todos los aspirantes a "algo": quieren estar con los jóvenes del partido. Pero no olvidemos que en Nuevas Generaciones hay muchos dirigentes provinciales, regionales y nacionales; así como concejales, diputados regionales y nacionales. Muchos de ellos serán personas decisivas en la organización de las campañas electorales municipales, autonómicas y generales. O sea, son una parte importante del partido.

En este sentido, no hay que perder de vista que en el otoño de 2003, fecha prevista para la designación de sucesor, no será suficiente con la decisión final de José María Aznar. También habrá que tener en cuenta que el elegido sea una persona aceptada por todos los estamentos del partido y que tenga capacidad de liderazgo en la organización. No cabe duda de que ese ascendiente no es algo impuesto, sino fruto del trabajo durante meses, como lo están haciendo muchos de ellos. Curiosamente, el que menos importancia le da a la opinión interna en esta cuestión es Rodrigo Rato. El vicepresidente del Gobierno apuesta más por los apoyos externos que por el reconocimiento interno, quizá por ello es el que menos está trabajando en las interioridades del partido.

¡Ahí los tienen! Ninguno reconoce estar en la carrera de la sucesión, pero ninguno pierde la compostura. Incluso Mariano Rajoy dice ahora que él no conoce a ningún candidato para la sucesión. Mayor Oreja elogia a todos, incluido Ángel Acebes, diciendo que todos se merecen ser candidato a lo que sea. Todos se presentan como buenos amigos y colegas, pero cada uno va a lo suyo. Es humano y lógico, lo contrario sería estar ante un partido de "extraterrestres". En fin, todos están ya a por todas. Y decir lo contrario es vivir fuera de la realidad.

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