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Ignacio Villa

Aberración parlamentaria

El President se sabe en la permanente cuerda floja y vive en un auténtico paripé. Es el triste ejemplo de un político incapaz de tomar iniciativa propia alguna.

El debate que se está celebrando en el parlamento de Cataluña se ha convertido en la radiografía fiel de la verdadera realidad del "tripartito catalán". Pascual Maragall -le guste o no - es un auténtico títere en las manos de sus socios de Gobierno. El President se sabe en la permanente cuerda floja y vive en un auténtico paripé. Es el triste ejemplo de un político incapaz de tomar iniciativa propia alguna.

La decisión adoptada en este Pleno extraordinario -de una gran importancia política-  en el orden de intervenciones es de otro mundo. Nunca se ha visto en un parlamento democrático que en un debate de estas características el Jefe del Gobierno de cuenta de su gestión el primer día, para luego desaparecer del mapa y dejar el protagonismo a su segundo de a bordo. Es como sí en el próximo debate sobre el Estado de la Nación, Zapatero interviniera en la primera jornada y dejara las respuestas a los portavoces parlamentarios a María Teresa Fernández de la Vega. ¿Se figuran la que se montaría -y con razón- en el Congreso de los Diputados? Pues eso es lo que va a ocurrir en el Parlamento catalán. ¿Qué les parece?.

Habría mucho que decir, pero por encima de todo estamos ante un solemne ridículo. ¿Es incapaz Maragall de defender su gestión como Jefe del Gobierno catalán?, ¿necesita Maragall dejar a Esquerra un protagonismo excesivo para sobrevivir como presidente?, ¿qué razones hay para que el político socialista deje toda la brillantez del debate a su socios de Gobierno? No cabe mucho margen para la interpretación. Nadie en su sano juicio puede explicar una situación política que no tiene precedentes. Y es que después de esta aberración parlamentaria, ya sabemos quién gobierna en Cataluña. 

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