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Ignacio Villa

Arenas se remanga

Hacía tiempo que el secretario general del PP no irrumpía de esta forma en la actualidad política. No es capricho que un lunes Javier Arenas saque su mejor artillería a media mañana, justo después de la conocida reunión de “maitines” en Moncloa. En este encuentro, Aznar reparte los papeles políticos de cada semana a sus más cercanos colaboradores. En esta ocasión le ha tocado el papel de protagonista a Javier Arenas, en lo que parece una recuperación de su presencia para la primera línea.

Hasta el momento, la voz cantante sobre la crisis en el País Vasco la han llevado José María Aznar y Jaime Mayor Oreja. Después de lo visto, el presidente del Gobierno ha pedido una mayor exigencia y un mayor compromiso público al PP en vísperas, más o menos cercanas, de las elecciones autonómicas. Voz cantante, pues, para el PP, que se concreta en tres frentes: medidas legales por la forma de prorrogar los presupuestos de Ibarretxe, catalogar de antidemocrático al Gobierno vasco después de las repetidas declaraciones de Arzalluz y, por último, la ambigüedad “vasca” de Rodríguez Zapatero. Tres direcciones que muestran en definitiva cuáles son las preocupaciones de Aznar: las elecciones vascas, el futuro de los actuales lideres del PNV y saber a qué juega el PSOE en toda la crisis vasca.

Las actitudes ofrecen lecturas, y cuando Javier Arenas habla de la forma en que lo ha hecho siempre tiene trastienda. A partir de ahora podemos asistir a una mayor presencia suya en el trabajo sucio del día a día. Aznar y Mayor Oreja, según esta estrategia, aparecerán en los momentos claves. El trabajo sucio y de desgaste lo llevarán otros. Hay reparto de papeles. Las elecciones se acercan y Arenas –le guste o no– tendrá que saltar al ruedo.

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