El Ministerio del Interior es otra cosa. A buen seguro que el nuevo titular de la cartera lo ha experimentado en sus primeras horas en Castellana 5. Para empezar, Mariano Rajoy no ha podido “colocar” al equipo que ha llevado siempre consigo en su itinerario por cuatro ministerios desde 1996. José María Aznar le ha parado en seco. En una conversación en Moncloa el jueves por la tarde, en vísperas del Consejo de Ministros, el presidente del Gobierno dijo “no” a la intención de Rajoy de llevarse a Jorge Fernández Díaz como Secretario de Estado para la Seguridad. “El equipo de Interior no se mueve”, le advirtió Aznar a un Rajoy contrariado por no poder repetir su esquema de colaboradores.
Al final, el nuevo ministro de Interior sólo ha podido llevarse a Ana Pastor como subsecretaria en sustitución de Leopoldo Calvo Sotelo. Dicho de otra forma, Aznar ha obligado a Rajoy a mantener el equipo de Mayor Oreja. No estamos para colocar a los amigos.
Por el momento, Fernández Díaz se queda donde estaba, aunque todo indica que Juan José Lucas, sin prisas, irá confeccionando su equipo. Lo normal es que, en unas semanas, Lucas nombre como subsecretario a alguien que haya sido colaborador íntimo suyo en Castilla-León; más adelante, “en el momento oportuno”, nombrará a un secretario de Estado de Relaciones con las Cortes de su confianza.
Todo esto confirma la teoría, y por lo que parece es cierta, de que José María Aznar sigue muy de cerca los nombramientos del Ministerio del Interior. Mariano Rajoy comienza a probar que la responsabilidad de la nueva cartera va en serio. No hay duda alguna de que va a contar con todo el apoyo de la sociedad española, pero aquí no vale el politiqueo de pasillo.
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