Menú
Ignacio Villa

Aznar hasta el último minuto

La presencia del presidente Aznar este miércoles en la localidad andaluza de La Carolina ha servido, de forma inopinada, para que el Partido Popular inicie la larguísima carrera electoral hasta marzo de 2004. El mitin en el que ha intervenido el jefe del Ejecutivo, cumpliendo así una vieja promesa realizada al alcalde de la ciudad jienense, se ha convertido en lo que será el prontuario del "espíritu" electoral que vamos a vivir y a sufrir durante los próximos meses. Aznar ha marcado las pautas de la próxima campaña electoral.
 
Para empezar, hay que señalar que no es casualidad que José María Aznar haya acumulado en este final de año un buen número de viajes oficiales y cumbres bilaterales. Brasil, Alemania, Francia, Portugal ,Bolivia, Chile, Argelia, Túnez o Marruecos están siendo algunos de los destinos previstos en una intensa agenda internacional. Las razones que explican este "correcaminos" del presidente se resume en un sólo epígrafe: "desde el 1 de enero, plena dedicación a la campaña electoral". Nadie pone en duda que las formas se van a guardar y que Aznar intervendrá en la campaña electoral "cuando se le requiera desde el partido". Lo que ocurre es que desde la calle Génova se le va a pedir una presencia casi constante en mítines y en actos públicos junto al candidato Mariano Rajoy.
 
Aznar no será el candidato, pero se entregará en "cuerpo y alma" para que el secretario general del PP llegue a La Moncloa. Una estrategia, por otra parte, lógica. Nadie que tenga un mínimo de sentido común, en un campaña electoral dura como pocas, debería prescindir de quién es el primer y máximo baluarte del PP. Aznar está soltando lastre internacional, para dedicarse con todo su esfuerzo a la campaña de Rajoy. Un gesto de humildad política ciertamente, pero que al mismo tiempo se antoja como imprescindible. Para que Aznar cierre bien su "proyecto político" deberá dejar en el poder al sucesor. Si eso no ocurre así, el "ciclo Aznar" se habrá torcido justo al final. La mejor herencia que el presidente del Gobierno puede dejar a los suyos es que el PP siga en el poder, más allá de las generales del año 2004.
 
Además, el presidente Aznar ha querido dejar claro en La Carolina tres ideas básicas que serán remachadas hasta la saciedad en los próximos meses. El PP quiere una mayoría sólida para gobernar España desde la estabilidad, Mariano Rajoy es el mejor de los posibles para ser el sucesor de Aznar y, por último, el banquillo del PP es un banquillo de completo lujo. El presidente del PP ha iniciado este miércoles su largo adiós. Un adiós que durará varios meses y en los que no faltarán emociones y nostalgia. Un adiós sin marcha atrás, aunque también es verdad que, a día de hoy, si de algo estamos seguros es de que vamos a tener Aznar hasta el último minuto.

En España

    0
    comentarios