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Ignacio Villa

Aznar irrumpe en escena

José María Aznar ha aprovechado el congreso de Nuevas Generaciones para irrumpir de nuevo en la escena política. El presidente del Gobierno llevaba semanas callado. Dejando hacer. Semanas largas, con bastantes despropósitos y con un Gobierno, por lo menos, despistado.

Aznar ha cambiado de estrategia. Ha tomado las riendas de la crisis y parece que entra en acción. Para empezar, y después de la bronca que recientemente ha echado al llamado “núcleo duro” del Gobierno y del partido, va a iniciar un repaso a todos los ministerios. Lo va a hacer personalmente con los responsables de cada departamento. Una iniciativa de Aznar que deja en evidencia el trabajo de Rajoy, en principio encargado de la coordinación política del gabinete.

El presidente del Gobierno esgrime como defensa a las críticas la permanente iniciativa del Ejecutivo. Aznar defiende la gestión de su Gobierno atacando al PSOE. Ataques, en apariencia, bien razonados. Lo que ocurre es que en esta ocasión no ha sido la oposición socialista la que ha provocado los errores en cadena del Gobierno. Ha sido el propio ejecutivo el que se ha complicado la vida por una constante falta de coordinación y de estrategia política para hacer frente a unas cuestiones que afectan directamente al ciudadano. Son problemas que no han sido creados artificialmente o por la prensa o por la oposición, en este caso se debe a la mala gestión de algunos ministerios concretos.

Y en fin, en estos momentos de zozobra y de desconcierto, Aznar ha realizado un aviso a propios y extraños: él va a seguir. Y lo va a hacer desde Génova. El que venga detrás de él, si es del Partido Popular, tendrá que mirar hacia los cuarteles generales de forma permanente para saber qué piensa el partido.

En definitiva, Aznar toma las riendas en el Gobierno y avisa que seguirá dirigiendo el partido. Que tomen nota aquellos que están más pendientes de su situación en el escalafón que de la gestión política. Las crisis dejan jirones y ahora mas de uno se esta curando de esos desgarros.

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