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Ignacio Villa

Aznar lo ha conseguido

Ya no hay dudas. El presidente del Gobierno ha conseguido lo que quería. El 1 de septiembre de 2003 se sabrá el nombre de sucesor. Hasta el final ha logrado que nadie conozca el secreto mejor guardado. Hasta tal punto el silencio sobre el nombre es tal, que muchos dirigentes del Partido Popular dudan de que el elegido conozca la decisión. "Conociendo al presidente –dicen–, es capaz de comunicárselo al afectado cinco minutos antes del Comité Ejecutivo del lunes". Y es que no es la primera vez que Aznar apura el tiempo al máximo para comunicar a sus más cercanos colaboradores una decisión. Esta vez, en la que, sin duda, es la decisión más importante de su vida política, no ha querido ser diferente a las ocasiones anteriores.

Desde luego, lo que parece claro es que el presidente no está dispuesto a que nadie le estropeé su despedida de la política. No quiere despistes. Este año, Aznar ha comenzado muy fuerte desde el primer momento. Menorca y Quintanilla han sido dos ejemplos claros de que está dispuesto a marcar la pauta política de unos y de otros. En esta semana que llevamos de curso, el presidente del Gobierno ha sabido comer todo el terreno político y todo el protagonismo al secretario general del PSOE. Y con esta nueva iniciativa vuelve a llevarse toda la atención, porque con esta convocatoria del anuncio del nombre del sucesor, Aznar ha pinchado de lleno el Consejo Territorial que el PSOE va a celebrar en Santillana del Mar.

Y es que, a diferencia de otros años, en los que a la maquinaria del Gobierno le costaba mucho arrancar, esta vez el presidente del Ejecutivo se ha puesto las pilas desde el primer momento, y esa actitud es para que la oposición tome nota. Aznar se implicó al máximo en las elecciones del 25 de mayo y dio la vuelta a las encuestas. Ahora, parece dispuesto a mantener este ritmo hasta las elecciones generales y el resultado puede ser demoledor.

Nombres aparte –quinielas no faltan para todos los gustos–, una de las cuestiones que se abre ahora es saber cómo va a quedar el sucesor después de la nominación. Es decir, hay quién piensa que el sucesor debe salir inmediatamente del Gobierno para situarse por encima del bien y del mal, por lo que tanto Rato como Rajoy dejarían una vacante en el Ejecutivo. Hay otros que piensan que el sucesor debe seguir en el Gobierno, pero aún así puede haber cambios. Si el elegido es Rato, tendría que ocupar el primer puesto en el Ejecutivo después de Aznar; si es Rajoy, tendría que dejar el cargo de Portavoz, verdadera silla de tortura para el sucesor. En fin, todo indica que, sea quien sea, puede haber movimientos en el Gobierno de forma simultanea a la salida de Josep Pique camino de Cataluña.

En fin, la hora de la verdad para los populares ha llegado. La decisión más importante del PP desde el año 89, año de la elección de Aznar, está a la vuelta de la esquina. El lunes, sea cual sea la decisión, el Partido Popular habrá pasado página. Por el momento sólo nos queda esperar. Con Aznar, la experiencia nos dice que es mejor no especular. Y la lección la tenemos aprendida.

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