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Ignacio Villa

Bazofia pura

La iniciativa promovida desde el Partido Socialista, a través de un documento titulado engañosamente "La vitalidad de la Constitución democrática", podría ser calificada de muchas formas. Pero, después de mucho pensarlo, me quedó con la menos hiriente, con la más suave: ¡Esto es bazofia pura!
 
Resulta que una de esas lumbreras que tiene el secretario general del PSOE en su equipo, que responde al nombre de Juan Fernando Lopez Aguilar, ha tenido la brillante idea de elaborar el citado manifiesto con la intención de que sea firmado y refrendado por el mayor número posible de profesores de Derecho Constitucional en la comunidad universitaria española. Se trata de un documento que tiene sólo un mérito: la síntesis. En tres folios escasos, el señor Lopez Aguilar ha conseguido reunir una larga colección de tonterías, incoherencias y vaciedades con un único fin –¡oh sorpresa!–, la reforma de la Constitución. Al final, en su torpeza más absoluta, nos ha enseñado lo que piensa toda la dirección socialista de una cuestión tan importante como una posible reforma constitucional.
 
Ya se podrán figurar ustedes qué argumentación de peso podrá tener este texto, partidista y sectario, para que López Aguilar vuelva a sus tiempos de juventud y recupere la trasnochada política asamblearia. Sinceramente, este manifiesto asusta al sentido común y a la convivencia. Pero asusta no por lo dicho, que son las banalidades a las que el Partido Socialista nos tiene acostumbrados. Asusta, sobre todo, al pensar que el responsable de Libertades Públicas del PSOE pueda llegar a tener responsabilidades políticas serias en un Gobierno en el futuro. Es verdad que López Aguilar ya estuvo en el equipo del ex ministro Jerónimo Saavedra, pero es que el tiempo, lejos de hacerle madurar, le ha llevado a los tiempos de una juventud inmadura e irresponsable.
 
En la argumentación "de peso" que se utiliza en el manifiesto del PSOE se habla de la "disminución de las garantías constitucionales", se mezcla la guerra de Irak con la crisis institucional de la Comunidad de Madrid, se acusa al Gobierno de utilizar a la Justicia y se cataloga de oportunista la reforma del Código Penal. Pero la verdadera "joyita" de la estupidez política es cuando dice que la tensión política generada desde el Gobierno por las razones mencionadas más arriba "impide ofrecer una respuesta templada y sosegada al Plan Ibarretxe". De verdad, no es fácil encontrar una ocurrencia semejante. ¿Que se ha creído el señor López Aguilar? ¿Quién se ha creído que es? Este documento es una de las utilizaciones más partidistas de la Constitución que nunca se había visto. No sólo se utiliza, sino que se apropia del texto constitucional como patrimonio de los progres baratos, obsesionado por volver a cualquier precio al coche oficial que perdieron tras trece años de Gobierno, con mucha corrupción y mucho amiguismo de por medio.
 
Con este documento, Juan Fernando López Aguilar demuestra que es un peligro público. Y algo peor, es un irresponsable al reabrir debates ya cerrados desde hace muchos años. La Constitución está por encima de muchas cosas, y es una barbaridad situarla a la altura de pequeñasbatallitaspolíticas. Pero es más grave todavía escudarse en la Constitución para justificar tres años desastrosos de oposición. Zapatero se presenta a las elecciones de marzo con un partido destrozado y por los suelos. Sólo pedimos un favor a la actual dirección socialista: ¡Que nos dejen en paz! ¡Que dejen en paz a la Constitución! ¡Que solucionen sus problemas, pero que no enciendan el ventilador! Estamos muy tranquilos. No queremos más bazofia. No queremos su bazofia. Gracias.

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