Menú
Ignacio Villa

Calvo en carretilla

Se han llevado los papeles cuando era noche cerrada en Salamanca y con un despliegue policial –GEOS incluidos– digno de una operación antiterrorista.

Las formas con que el gobierno de Zapatero ha ejecutado el expolio del Archivo de la Guerra Civil de Salamanca son la escenificación nítida de cómo hacen las cosas. Pasan por encima de lo que haga falta y desprecian el sentir general de los ciudadanos con tal de seguir viviendo hipotecados bajo las amenazas permanentes de los separatistas. Zapatero está dispuesto a vender lo que sea con la única condición de permanecer en el poder. Ahora son los papeles de Salamanca, antes fue el término nación en el Estatuto catalán y, hace unos días, la condescendencia disfrazada de respeto al derecho de reunión individual de la ilegalizada Batasuna; son sólo las ultimas muestras de una forma de gobernar que está provocando que esta legislatura sea –con creces– la más convulsa de la democracia.

El gobierno, con Zapatero y Calvo a la cabeza, ha diseñado el expolio de la forma más vergonzosa de las posibles. Se han llevado los papeles cuando era noche cerrada en Salamanca y con un despliegue policial –GEOS incluidos– digno de una operación antiterrorista. Todo por la puerta trasera; lamentable.

Aunque las formas son importantes, no hay que olvidarse tampoco del fondo. Zapatero ha vuelto a claudicar ante las exigencias de los independentistas y separatistas. Con tal de seguir en La Moncloa remueve y abre heridas, enfrenta y separa. Es en esta estrategia donde encontramos su disposición permanente a destruir todo aquello que tenga algo que ver con la unidad de España. El actual presidente del gobierno da muestras de tener una profunda alergia hacia todo lo que fortalezca esa unidad que hunde sus raíces en la historia.

En fin, ya lo han conseguido aunque haya sido en carretilla. Eso sí, al ministro Caldera le ha podido la vergüenza torera. Ha cogido el portante y se ha ido a Viena para asistir a un consejo de ministros europeo. Mientras en su tierra se lamina ese Archivo que en otros tiempos defendió, ha ido a llorar sus penas y sus vergüenzas con sus colegas europeos. Y mientras tanto, la ministra Calvo encantada de su gestión; no tiene remedio.

La próxima, la Dama de Elche.

En Sociedad

    0
    comentarios