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Ignacio Villa

¿Cuánto le queda a Trujillo?

La pregunta se formula convulsivamente en los pasillos de la sede de Ferraz y también en muchos despachos de los propios compañeros de Gabinete

Es la pregunta del millón. Una pregunta que no tiene una respuesta concreta, pero que admite muchas y diferentes apuestas. ¿Cuánto le queda a Trujillo? Pero no crean ustedes que esta es una cuestión que se estén planteando los dirigentes del Partido Popular. Para nada. La pregunta se formula convulsivamente en los pasillos de la sede de Ferraz y también en muchos despachos de los propios compañeros de Gabinete. Una pregunta que, en todo caso, por el momento no tiene solución puesto que el propio Zapatero no emite opinión alguna al respecto.
 
El mutismo presidencial es absoluto, aunque ese silencio tiene algunos huecos que son muy ilustrativos. Sin ir más lejos el editorial de hace unos días del diario El País o la portada, esta semana, de la revista El Siglo son dos señales claras de que el futuro de la ministra Trujillo pinta muy mal. Es más, todo indica que la titular de la Vivienda tiene los días contados. Los medios de comunicación cercanos al Ejecutivo han dictado sentencia, y eso es suficiente. Lo que ocurre es que la dimisión de esta ministra abriría una crisis en el Gobierno Zapatero mucho más importante de lo que parece.
 
Si Trujillo deja el Gobierno se plantean cuatro realidades:
 
Primero. Zapatero quema a sus ministros. Seis meses han sido suficientes para dejar en al cuneta a una ministra que llegó en su momento a una cartera estrella.
 
Segundo. Zapatero se equivoca al escoger a sus ministros. A las primeras de cambio se quedan por el camino sin aguante para el desgaste del poder.
 
Tercero. Zapatero prometió un Ministerio sin contenidos y sin recorrido. El Ministerio de la Vivienda era un simple fuego de artificio de un programa electoral de alguien que nunca pensó en ganar las elecciones generales.
 
Cuarto. Zapatero deberá sustituir a Trujillo por otra mujer para no romper la paridad del Gobierno. Esas son las ataduras de los brindis al sol.  

En fin, Trujillo está en las puertas del adiós. Es inminente. Pero no será un adiós cualquiera. Con la marcha de la ministra de Trujillo se van a pinchar muchos globos de Zapatero. Será la vuelta a la realidad de un Gobierno que se empeña en vivir en el quinto cielo.

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