Menú
Ignacio Villa

¡Dar la cara! El problema y la solución

Este fin de semana en Segovia, el Presidente Aznar insistía y pedía a todos sus militantes que salgan a la calle con la cabeza bien alta, sin ninguna vergüenza y con la convicción de que el Partido Popular y el Gobierno han actuado como tenían que hacerlo durante la guerra de Irak. En Segovia se pudo ver al Aznar más enérgico, más seguro y más convencido de su gestión y de sus decisiones. En Segovia se pudo ver al Aznar que necesita el Partido Popular después de haber vivido las semanas más duras desde que llegaron al poder en el año 96.

Semanas duras por la ofensiva, sin razones, de toda la oposición. Semanas duras por la agitación vivida en las calles azuzada por toda la izquierda. Semanas duras por las agresiones que han sufrido decenas de sedes del Partido Popular. Semanas duras, también, por la lentitud con que dirigentes del PP han reaccionado ante estas brutales provocaciones. Por todo esto, que la militancia del PP pueda percibir a un presidente del Gobierno seguro y firme, implicado e ilusionado en la campaña electoral, dispuesto a seguir arriesgando, es una excelente noticia para todos los candidatos populares que van a concurrir a las próximas elecciones municipales y autonómicas.

La implicación del presidente Aznar es una buena noticia. Lo que no es una buena noticia es que, ahora que el ambiente político está volviendo a su cauce, algunos dirigentes del PP busquen un desmarque de la dinámica del partido, y tampoco es una buena noticia que un amplio número de ministros, aterrorizados ante una posible equivocación, sigan “desaparecidos en combate”.

En este sentido, de entre los dirigentes políticos del PP, llama la atención los puentes que Gallardón quiere tender con la oposición para que las heridas que ha dejado la guerra cicatricen. No estaría de más recordar al todavía presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, que las heridas no las ha provocado el Gobierno. Esas heridas, que son muchas y variadas, están provocadas por la violencia, por las agresiones, por las piedras, por la intolerancia de la izquierda española. Desde la izquierda, con la guerra de Irak como excusa, se ha fomentado la fractura y la división. Y por lo tanto, sobra que el señor Ruiz Gallardón vuelva a recuperar los "eternos" complejos de la derecha y se ponga de rodillas pidiendo perdón. El PP no ha hecho nada malo, y no se entienden estos "paños calientes" fruto de los miedos personales más que de la realidad política.

Y de los ministros del Gobierno, ¿qué decir? Pues que es una pena. La gran mayoría de los ministros han estado desaparecidos durante la guerra de Irak; y los que han dado la cara ha sido, en la mayoría de las veces, para estropearlo. El Gobierno ha vuelto a dar muestras de una clara deficiencia en el tono político en los momentos clave. Gobernar no es sólo gestionar, es saber dar un impulso político equilibrado en cada momento. Otra vez más, un buen número de ministros han dejado, más sólo que la una, al presidente Aznar, que ha tenido que cargar con todo el desgaste político de la situación. Si hubiéramos tenido un Gobierno que apoye a su presidente, que le ampare y que sepa amortiguar los golpes, la situación habría sido otra muy diferente.

Con todo, parece interesante la petición de Aznar este fin de semana en Segovia:"¡Salir a la calle, dar la cara, no tenemos motivos para la vergüenza!. Pero este grito, esta petición, además de en los mítines, Aznar debería de pronunciarla en dos sitios concretos, a puerta cerrada: ante el Consejo de Ministros y ante el Comité Ejecutivo de su partido. En esos lugares es donde hay más escondites y más dosis de vergüenza. Cuanto más se sube en el escalafón del poder, salvo raras excepciones, se encuentra más miedo. Y son los dirigentes del PP los que tienen que movilizar a los suyos, y deben de hacerlo en primer lugar con el buen ejemplo, con el ejemplo de la valentía y del convencimiento. Aznar ha pedido a los suyos que salgan a la calle, este mensaje dirigido a todos debería ser puesto en práctica por los dirigentes del PP y por los ministros del Gobierno. Ese es el problema, ahí está la solución.

En España

    0
    comentarios