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Ignacio Villa

De perdidos, al río

Desde luego, nadie lo puede dudar. Rodríguez Zapatero, con una cabezonería sin precedentes, está siguiendo literalmente el viejo y conocido guión de la torpeza. El secretario general del PSOE, en un increíble ataque de amnesia, retoma el argumento de la guerra de Irak, como si tal cosa. Zapatero parece que no ha escarmentado ni en cabeza propia, ni en ajena. No tiene más ideas que sus propios fracasos. Muy mal tiene que estar el PSOE, y muy mal deben de andar las encuestas, para que Zapatero recurra de nuevo al conflicto de Irak, una estrategia que sólo le ha dado disgustos y le ha dejado fracasos.
 
Sota, caballo y rey. Con una simpleza infantil que asusta al más ingenuo, el líder de los socialistas ha decidido volver a utilizar todas las artimañas políticas que sólo le han conducido a inexorables derrotas. No hace muchos días, en pleno fragor de la crisis catalana, Zapatero volvió a encender el ventilador para salpicar a cuantos más, mejor. Sin ninguna responsabilidad, sin visión global alguna de la situación, volvió a las andadas. Ya lo hizo en la crisis institucional de la Comunidad de Madrid, con unos resultados desastrosos. Aunque en esta ocasión, poco ha durado lo del ventilador.
 
De forma inmediata y consecutiva, ahora retoma la guerra de Irak para lanzarla contra el Gobierno y contra el candidato popular, Mariano Rajoy. Los resultados obtenidos por el PSOE en las municipales y autonómicas dejaron muy claro que esa estrategia estaba equivocada, pero a Zapatero no le importa. Ya sabe lo que le puede pasar, como ya le pasó el pasado mes de mayo. Pero insiste en un auténtico ejercicio de falta de imaginación y de estrategias fracasadas.
 
Rodríguez Zapatero lleva semanas sin hacer ofertas electorales. Aquellos ímpetus navideños que llevaron a la dirección socialista a filtrar propuesta tras propuesta han pasado a la historia. Parece que el carrete se les ha acabado y han entrado en un cuerpo a cuerpo tosco y estéril. La oferta socialista para las elecciones de marzo se apaga a marchas forzadas. Desde ahora, me temo que volveremos a lo de siempre: mucho Irak, mucho ventilador y un poquito de typpex. Cualquier día de estos reaparece en escena Jesús Caldera con algún documento oficial corregido convenientemente con un poco de typpex al más puro estilo Prestige.
 
Muy poca imaginación, muy poca cintura, muy poca capacidad de reacción. Zapatero vuelve a sus errores de siempre. De perdidos, al r

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