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Ignacio Villa

¿De qué contrapartidas hablamos?

Para terminar este veranito -tremendo- que ha tenido el presidente Zapatero, ¡no está nada mal!. Ahora resulta que los etarras de Batasuna le han exigido al presidente del Gobierno que sea valiente y que rompa con el Partido Popular e incluso con los socialistas -por cierto, cada vez menos- que piden al Ejecutivo un mínimo de sentido común, de sentido de Estado y de respeto a las víctimas para no ceder bajo cuerda ante los terroristas en el País Vasco. Y es que Zapatero, insiste en su terquedad, y no se quiere enterar que con el terrorismo no se puede negociar, sólo se puede ceder al chantaje del terror. 

La manifestación celebrada este viernes en Bilbao por la ilegalizada Batasuna ha servido para confirmar por la vía de los hechos todas las evidencias sobre  este Gobierno. Los propios batasunos han dejado descubierta a la luz pública que desde Moncloa se está respaldando un acercamiento al entorno terrorista para buscar un acuerdo con ETA. Y a estas alturas del recorrido, todavía alguien piensa -ya sea desde la ingenuidad, desde la maldad o desde el egoismo político- qué se puede pactar con el terrorismo. Zapatero desde esa posición de engreimiento y desprecio al sentido común en el que está asentado insiste en demostrar -no se sabe a quién- que él y solo él tiene una varita mágica para acabar con el terrorismo. Esperemos que desde el poder se nos deje dudar de la existencia de esa varita. E incluso aunque dicho artilugio sólo exista en la imaginación del presidente, nunca podrá estar condicionada por el chantaje terrorista.

Pero es que además no termina ahí todo este esperpento. Los ilegales batasunos, al final de esa manifestación, le han ofrecido a Zapatero contrapartidas para ese mal llamado "proceso de diálogo". Una oferta que ha recibido por parte del Gobierno la callada como respuesta. Y esa es la cuestión de máxima gravedad. Desde Batasuna se puede esperar cualquier cosa, pero desde el Ejecutivo central ¡no!. Y en este caso la Vicepresidenta De la Vega, después del primer Consejo de ministros del curso político, se ha limitado ha lamentar que el Gobierno vasco no haya impedido esa manifestación.

Y es que ese lamento con la boca pequeña roza el ridículo. Y más cuando el Gobierno tiene la obligación política de decir a Batasuna y a toda la sociedad que el Ejecutivo no acepta contrapartidas de los terroristas. Sinceramente, lamentable en la actitud; pero es que además De la Vega con esa "flojera" en las formas está delatando la realidad. Y en ese contexto la pregunta vuelve a saltar: ¿de qué está hablando el Gobierno con los terroristas? ¿Qué razones hay para tanta tibieza y componendas?. Desde luego el arranque del curso no ha podido ser peor. Aunque con el verano que ha tenido este Gobierno nos podíamos esperar cualquier cosa. Y además seguimos con la duda: ¿está aceptando Zapatero esas contrapartidas del terrorismo? Ciertamente es como para salir corriendo.

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