Nadie discute, ni pone en duda, los cambios de agenda de José María Aznar. Y más en esta ocasión, cuando han sido motivados por el terrorismo. Lo que sí ha quedado claro, es la organización del ministerio del Portavoz del Gobierno, que entre sus objetivos tiene la relación con la prensa. Figúrense a 37 periodistas de todos los medios de comunicación de carácter nacional en Hanoi, recién llegados después de veinte horas de viaje, con un solo mensaje: Aznar suspende la visita oficial a Vietnam, buscaos la vida para llegar a Seúl antes del viernes (el viaje Hanoi-Seúl es de más de 12 horas de duración).
Vaya por delante que los periodistas no somos noticia. La noticia es un ministerio con una dirección general dedicada a los viajes exteriores del presidente del Gobierno incapaz, ante una emergencia, de “sacar” a la prensa española de Hanoi. Caos organizativo, falta de información sobre la agenda del presidente y ausencia total de decisiones. La prensa se convierte, una vez más, en un objeto de usar y tirar. Y lo que es más grave, aflora de nuevo la falta de política informativa de este Gobierno. Los 37 periodistas, arrumbados en Hanoi, no necesitan ayuda de nadie. El que sí necesita ayuda es un ministerio sin funciones claras y desbarajustado.
Pío Cabanillas nunca sabe nada de nada y ya va siendo hora de que sepa algo.
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