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Ignacio Villa

El final, más cerca

Este lunes pasará a la historia como una fecha clave en la lucha contra el terrorismo. La estructura del negocio del terror montada por los terroristas y sus cómplices quedará acorralada de forma efectiva. Quedarán acorralados por dos vías diferentes, aunque compatibles: la suspensión ordenada por el juez Garzón y el proceso de ilegalización que iniciará el Congreso. Son dos caminos eficaces y necesarios contra el terrorismo de ETA y su brazo político. Ahora, ellos van a empezar a sentir en sus carnes que el final está más cerca que nunca.

No es momento para entusiasmos, ni para cantar victoria. Ni mucho menos. Los demócratas, más que nunca, debemos trabajar desde la prudencia. Es un buen momento para pedir a políticos y jueces que los dos procesos iniciados se ejecuten cuidadosamente y con eficacia, procurando que se mime la letra pequeña y, en el caso político, que se mantenga la unidad de acción que han protagonizado Partido Popular y Partido Socialista. Es no sólo necesario, sino imprescindible para que concluya satisfactoriamente la ilegalización de Batasuna.

Este lunes coinciden en el tiempo dos iniciativas diferentes, pero con un mismo objetivo: acabar con el terrorismo. Los dos procesos buscan desmontar una organización mafiosa con decenas de ramificaciones que se mantiene gracias a un complicado sistema de negocios cuya única finalidad es poder financiar al terrorismo. Parece obvio que todo este entramado va a ir cayéndose hasta sus cimientos. Desmontada la trama, se supone que también desaparecerá el negocio del asesinato, ya que lo primero que se hará será cerrar el grifo del dinero que ha recibido impunemente Batasuna durante años.

Asimismo, esto vendrá a demostrar algo que sospechamos todos: que este supuesto partido político, ahora en vías de extinción, es una simple coartada de ETA. Durante años han estado recibiendo mucho dinero aprovechando su presencia en las instituciones municipales y autonómicas. Pero ese dinero se usaba con un único fin: matar y matar. Así pues, este lunes comienza una nueva etapa. El reloj empieza la cuenta atrás para que se termine el único y verdadero problema de nuestra democracia. Entramos en la recta final para acabar con el terror: la gran ilusión de los españoles de bien.

Mientras tanto, el nacionalismo vasco sigue empeñado en defender a un partido político que ha manifestado públicamente su identidad con ETA. Lo hace, primero, porque comparte los objetivos independentistas con los proetarras, pero también porque quieren los votos de Batasuna y están tratando de atraerse a los abertzales (nacionalistas). Sin embargo, ese mismo PNV que ha apostado por echar una mano a Batasuna –aunque sea dándoles el beso de Judas, como piensan los proetarras– también está sufriendo ahora sus amenazas y chantajes. Con esas amistades, no podían esperar otra cosa. Pero seguirán empeñados en no rectificar. Aunque si no hay árbol, tampoco caerán nueces...

En fin, el lunes 26 de agosto está llamado convertirse en una fecha clave en la lucha contra el terrorismo. Es sólo el inicio de una etapa que todavía tiene muchos meses por delante y que va a necesitar de muchas horas de trabajo político y policial. Antes decía que no es momento para el entusiamo y, en efecto, no lo es. No hay que ser ingenuos, porque ETA va a seguir haciendo lo único que sabe hacer: matar donde pueda y cuando pueda. Así pues, el final de los terroristas está más cerca que nunca, pero todavía tendremos la desgracia de sufrir sus últimos coletazos de rabia e impotencia.

De todas formas, lo más importante ya está hecho.

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