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Ignacio Villa

El intento de borrar la Historia

No sé si será miedo o pavor por lo que pueda venir. No sé si es por una torpe estrategia. No sé si estamos ante un ejemplo de simpleza política. Pero todo indica que estamos, de nuevo, ante un ejemplo claro e inequívoco de mentira y de manipulación. Desde hace días las filtraciones de cuestiones que están bajo secreto, la fabricación de historias artificiales, el rediseño de una realidad inexistente evidencian que en el Partido Socialista y en el Gobierno se vive con temor el inicio de la Comisión de investigación en el Congreso de los Diputados sobre lo ocurrido el 11 de marzo.
 
El Partido Socialista cierra filas a su más puro estilo: encendiendo el ventilador. Desde la calle Ferraz se arremete contra todos y contra todo. Y se vuelve a alimentar los fantasmas del PP y especialmente de José María Aznar. Demasiado juego sucio para que el asunto no tenga trascendencia. El problema es que, en esta ocasión, se les ve venir desde lejos. Están empeñados en alentar la estrategia de la imprevisión, para tapar la estrategia de la manipulación. Ellos que criticaron ácidamente al Gobierno del PP por su lucha contra el terrorismo islámico después del 11 de septiembre, ahora insisten en un descuido del Ejecutivo Aznar que nadie recuerda. Eso sí, están dispuestos a hacer lo que haga falta para desviar la atención. Y
esto no ha hecho más que empezar. Pueden estar seguros que no habrá día en que no saquen a la luz "su historia". La historia que escriben deprisa y corriendo para tapar tantas y tantas cosas.

En el PSOE andan estos días obsesionados por hacer desaparecer de la
historia de España el tramo que va del 11 al 14 de marzo. Para ellos, lo importante es lo que ¿pasó? antes, pero después de los atentados prefieren apuntarse al olvido y a la amnesia. Aunque hay un pequeño matiz. La historia no se puede borrar. Esto no es la fonoteca de una emisora de radio o la hemeroteca de un periódico de tirada nacional que se puedan hacer desaparecer. La Comisión de investigación del Congreso deberá abordar lo que ocurrió en esos cuatro días de marzo. Todo lo demás será engañar a los ciudadanos. Y con esos engaños, mal va lo del talante.

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