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Ignacio Villa

El modelo de la improvisación

Lo tremendo es la actitud de un Ejecutivo vacilante, que mantiene la estrategia de la nada y cuyo proyecto es la improvisación permanente.

El presidente Zapatero ha utilizado este martes al ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, para responder a la petición de Mariano Rajoy. El jefe del Ejecutivo recibirá al líder de la oposición para abordar una cuestión básica para todos como es el modelo de Estado. Desde luego, para empezar no ha escogido Zapatero al mejor emisario para la respuesta, puesto que Sevilla ha sido el promotor directo de una de las polémicas del verano: la inaudita iniciativa que facilitaría el veto en el Senado de las Comunidades Autónomas. Pero en fin, ¡cómo quién oye llover!, Sevilla ha montado una buena con sus filtraciones, pero aquí no pasa nada. Un par de risas, un ataque al Partido Popular, una mención al talante y todo sigue igual.
 
En fin, lo cierto es que Zapatero ha respondido con rapidez a la petición de Rajoy, pero todavía no hay calendario para ese encuentro. Sabemos que la entrevista se celebrará en unas semanas, un tiempo que suponemos necesita el presidente del Gobierno para intentar rehacer el proyecto sobre el modelo de Estado que hace aguas por todos lados. Entre las hipotecas catalanas, las ensoñaciones del socialismo vasco, las ocurrencias de sus ministros y la falta de definición del propio Zapatero el panorama que se presenta es desolador.
 
Las sugerencias e iniciativas en las que hasta ahora se ha escuchado el Gobierno son altamente preocupantes. Pero lo realmente llamativo no es eso. Lo tremendo es la actitud de un Ejecutivo vacilante, que mantiene la estrategia de la nada y cuyo proyecto es la improvisación permanente. No es casualidad que este Gobierno haya tardado menos de cuatro meses en radiografiarse públicamente en tres cuestiones clave tales como el modelo de Estado, la política económica y las políticas de inmigración. Zapatero vive de la improvisación en materias importantes para cualquier Gobierno. Y en lo que hace referencia al modelo de Estado no sabe lo que quiere, no sabe lo que puede hacer y no sabe cuáles son sus márgenes de maniobra. Desde luego antes de ese encuentro entre Zapatero y Rajoy, habrá varias conversaciones telefónicas entre el presidente del Gobierno y Pascual Maragall. Y es que el que manda, manda.

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