Las encuestas publicadas en este "paso del Ecuador" de la campaña electoral han sido recibidas en el cuartel general del PP con tranquilidad y con prudencia; pero también con una satisfacción contenida. "Las cosas están saliendo como habíamos pensado", insisten una y otra vez desde las filas populares. "Estamos a diez días de las elecciones y nos encontramos donde queríamos estar".
¿Que razones hay para este estado de ánimo? La explicación que realizan, desde dentro, es la siguiente: a) Mariano Rajoy ha acelerado con soltura en el momento que se quería. b) La militancia del PP se identifica cada vez más con el candidato. c) José María Aznar no está haciendo ninguna sombra a Rajoy. d) El PSOE no da muestras para la reacción. e) Las encuestas colocan al PP al borde de la mayoría absoluta, por lo que nadie se debe confiar. f) Los mensajes están llegando al electorado natural del PP.
¿Que razones hay para este estado de ánimo? La explicación que realizan, desde dentro, es la siguiente: a) Mariano Rajoy ha acelerado con soltura en el momento que se quería. b) La militancia del PP se identifica cada vez más con el candidato. c) José María Aznar no está haciendo ninguna sombra a Rajoy. d) El PSOE no da muestras para la reacción. e) Las encuestas colocan al PP al borde de la mayoría absoluta, por lo que nadie se debe confiar. f) Los mensajes están llegando al electorado natural del PP.
Estas son las seis razones que los populares esgrimen para considerar que todo marcha como querían. En fin, estrategias aparte, habrá que decir que en los despachos de poder del Partido Popular existe una clara idea: "no puede haber margen para la confianza". "La experiencia nos dice que, hasta el final, el partido hay que jugarlo".
Desde luego, el 14 de marzo sabremos si esta estrategia ha sido la correcta, pero en lo que insisten, y mucho, es que "nada esta improvisado". Lo cierto es que Rajoy ha acelerado cuando nadie lo pensaba, y en un momento en el que ha cogido a Rodríguez Zapatero fuera de ritmo. Estamos, de todas formas, en el momento clave de la campaña. Estamos en los días en los que se debe movilizar los votos indecisos y asegurar también el voto oculto.
Si Rajoy mantiene el ritmo de la pedalada que desde el pasado lunes ha impuesto en esta carrera electoral, la distancia entre los dos candidatos puede ir aumentando por días. La diferencia se podría hacer grande e irreversible. Nos encontramos en el cogollo de la campaña. Desde el jueves 4 de marzo hasta el lunes 9 de marzo, el PP y el PSOE se la juegan. Si llegan al martes con las diferencias marcadas, salvo errores catastróficos, la suerte estará decidida, a la espera de rematar bien el empujón final.
A diez días de las elecciones, es difícil transmitir tranquilidad y confianza, si éstas no existen de verdad; y en el PP hay un sosiego manifiesto. Son actitudes que no se pueden improvisar. Pero quizá, por encima de todo, hay una cuestión, que es la que da más tranquilidad a los estrategas del PP:
"Zapatero nunca se ha comportado como un aspirante a La Moncloa, siempre ha intentado tratar de tú a tú a Rajoy. Ese ha sido su error". Eso cuentan desde el PP, y quizá tengan razón. Zapatero ha jugado de "equipo campeón" cuando quizá tenía que haber ido de "equipo modesto". Ya es un poco tarde para rectificar, aunque, hasta el último minuto, un gol vale igual.