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Ignacio Villa

El primer pétalo de la margarita

No estaba previsto el anuncio. No había ninguna señal que nos pusiera en la pista de que José María Aznar iba a anunciar el nombre del nuevo Secretario General del PP que saldrá en el Congreso del próximo mes de enero. Pero de repente, con el estilo que a él le gusta, explotando el recurso de la sorpresa, Aznar ha aprovechado la primera ocasión, tras tres semanas de gira internacional, para confirmar públicamente que Javier Arenas seguirá siendo Secretario General.

Este anuncio inesperado de José María Aznar, incluso para el propio Arenas, significa que comienza a enseñar las cartas del futuro. Lo hace despacio, sin dar más datos que los estrictamente necesarios. Aznar ha empezado a descubrir los secretos mejor guardados. Desde ahora nos podemos considerar en tiempo de sorpresas. Con este anuncio ha comenzado el camino de la sucesión. Para empezar, el primer dato ya lo tenemos: Javier Arenas será el Secretario General que reciba en Génova 13 a José María Aznar cuando abandone La Moncloa en 2004. El mandato de Arenas –salvo congresos extraordinarios– terminará en enero del 2005. Es decir Arenas, está llamado a preparar el regreso de Aznar a su despacho del partido.

Eso sí, la permanencia en la Secretaria General le cierra algunas puertas, pero también le abre otras. Por el momento, le cierra la puerta del Gobierno, siempre y cuando Aznar mantenga la costumbre ya consolidada de diferenciar el Gobierno del partido. En cambio, le abre la puerta de la confianza. Javier Arenas se convierte en una de las personas de máxima confianza del presidente del Gobierno. Aznar hace habitualmente pocos gestos, pero cuando por casualidad permite que se vea alguna indicación hay que valorarlo como algo importante. Arenas se sitúa, sin duda, en un lugar de privilegio.

Y en cuanto a la sucesión, la pregunta es clara: ¿Como queda Arenas? Hay quienes piensan –son los menos– que siendo Secretario General, Arenas recibe su premio antes de tiempo y que, por lo tanto, se queda descolgado de la carrera sucesoria. Otros –los más– sugieren que su continuidad no quiere decir nada, pero desde luego es el primero de la lista en saber que José María Aznar cuenta con él. Ha sido el primero en recibir un guiño del presidente.

Lo cierto es que este anuncio ha cogido al PP con el pie cambiado. Nadie se lo esperaba en la calle Génova. Era un rumor, quizá una de tantas posibilidades, pero nadie se atrevía a aventurar demasiado. Es evidente que Javier Arenas era un claro candidato a seguir donde estaba, pero no había ningún dato que apuntará que fuéramos a conocer el nombre del Secretario General con dos meses de antelación, cuando en el anterior Congreso lo conocimos pocas horas antes de su inicio. Pero los mismos que no esperaban el anuncio son quienes ahora no tienen ningún miedo en agradecerlo, puesto que supone un bálsamo de cierta tranquilidad en un ambiente de alta tensión en las vísperas del Congreso.

Eso sí, Aznar no ha renunciado a seguir jugando a la sorpresa. Nunca renuncia. Y si no “ya se verá”, como él mismo ha dicho.

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