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Ignacio Villa

El PSOE vuelve a encender el ventilador

¡Qué poco han necesitado para encender el ventilador! La especialidad del Partido Socialista, ahora acompañados también por sus socios catalanes e independentistas de ERC: han vuelto a ponerla en marcha. Es la tradicional estrategia de los socialistas. Ante los problemas, siempre dicen lo mismo: “encendamos el ventilador”. De esta forma vuelven a recurrir a esa artimañana –que les ha dado muy malos resultados– de intentar manchar a todos con su propia porquería.
 
En la época felipista, era la manera habitual de responder a la propia y abundante corrupción. Una costumbre que, cuando parecía enterrada, el propio Rodríguez Zapatero la ha vuelto a recuperar. La última vez, que por cierto significó un estrepitoso fracaso, fue la puesta en marcha de varios ventiladores simultáneos durante la crisis institucional de la Comunidad de Madrid. Todavía estamos esperando para conocer esa “trama inmobiliaria” denunciada por Zapatero –con dedo amenazante incluido–, durante el Debate del Estado de la Nación. En esa ocasión, el secretario general de los socialistas utilizó la tribuna del Congreso para mentir descaradamente, con acusaciones inexistentes sobre el Partido Popular. Cierto que no era la primera vez. Meses antes, con la crisis del Prestige a vueltas, en presencia de Zapatero, Jesús Caldera intentaba engañar a los españoles utilizando en el Congreso documentos trucados con typex. En fin, no son nuevos en esto de la mentira; y aunque expertos en su uso, son muy deficientes en los resultados.
 
Ahora, con el escándalo provocado por el líder nacionalista-independentista de ERC, de quien son socios de Gobierno, están dispuestos a todo. Y todo significa comenzar a utilizar el ventilador contra el Servicio de Inteligencia, contra las Fuerzas de Seguridad del Estado y contra el Gobierno, en una cuestión tan delicada como es la lucha antiterrorista. Ahora parece, según el Partido Socialista, que el bueno de la película es Carod-Rovira, mientras que las “maldades y perversidades de la derecha del PP” están provocando está crisis política de importantes dimensiones. Zapatero, una vez más, enfundado en su terquedad y en su torpeza, vuelve a lo de siempre. Prefiere ponerse de parte del equivocado. El líder socialista, con está actitud desafiante hacia los mecanismos del Estado, parece que está dando el visto bueno a una persona que se ha sentado “a escondidas” con los terroristas de ETA. Y se queda tan tranquilo.
 
Rodríguez Zapatero no aprende. Durante la crisis institucional de la Comunidad de Madrid, fue incapaz de poner orden en su partido. Se dejó llevar por los acontecimientos. Se convirtió en un títere de la situación. Y las urnas se encargaron de castigar esa actitud cobarde y huidiza. Ahora, pocos meses después, vuelve a cometer la misma equivocación. En lugar de intentar seguir adelante con la campaña electoral, dejando de lado la gran “pifia” catalana, vuelve al ataque. Y lo hace encendiendo el ventilador, sin percatarse de que el gran perdedor es él mismo. Con ventilador o sin él, Zapatero ha vuelto a demostrar que no tiene capacidad para gobernar España. No sabe estar a la altura de las circunstancias.

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