Las víctimas y sus familias deben ser pieza clave para la paz en el País Vasco. De esa forma se comportó el Gobierno y también todos los partidos de la oposición durante la tregua de Eta. Y es que en un hipotético proceso de paz se tiene que tener en cuenta a las víctimas de los terroristas.
El dolor, la tristeza, el recuerdo por los seres queridos y perdidos por la barbarie etarra no deben desembocar en un ambiente de odio y enfrentamiento. Es una actitud especialmente importante en el momento de reconducir la situación actual hacia la paz.
En este sentido, es una buena señal el acto que se ha organizado en el Congreso de los Diputados con la Presencia del Presidente del Gobierno, de las presidentas de las dos Cámaras, de la presidenta del Parlamento europeo, del secretario general del PSOE y de distintos portavoces parlamentarios.
Un acto público y solemne que, con el objetivo de condecorar a las víctimas, tiene como principal intención reconocer el valor y el mérito de todos: víctimas y familias. Por lo tanto, un acto de estas características tiene especial relevancia. La sociedad española no se olvida de nadie. Tiene muy presentes a todos aquellos que murieron a manos de los pistoleros etarras.
Con ellos y con sus familias se debe construir la paz. Un futuro de paz en el País Vasco debe ser de todos y para todos.
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