Menú
Ignacio Villa

El refugio de la risa

La rueda de prensa celebrada tras el Consejo de Ministros ha despejado cualquier duda sobre la gestación de la pifia del Gobierno sobre el viaje marroquí de Felipe González. Refugiado en la risa floja, síntoma claro de nerviosismo, Pío Cabanillas ha ofrecido una de las comparecencias públicas más lamentables hasta donde alcanza la memoria del Palacio de La Moncloa. Entre risitas y bromas, nada propias de un Consejo de Ministros, el Portavoz del Ejecutivo ha intentado esquivar responsabilidades sobre la filtración marroquí, que los días han demostrado que era una mentira.

Eso sí, le ha faltado tiempo para insistir en que lo ocurrido fue culpa de una “información mal procesada” de los servicios diplomáticos. Nadie duda de que el error diplomático existe, pero esa no es la cuestión que nos queda por resolver. La gran duda es saber qué persona que trabaja en Moncloa, muy cerca del presidente del Gobierno, descolgó el teléfono para filtrar una noticia falsa a un medio de comunicación. A esa cuestión, Cabanillas se ha negado a contestar. Ha sido preguntado varias veces y en todas las ocasiones ha recurrido a la “broma cuartelera” para no responder.

El Ministro Portavoz ha suspendido sin matices en la rueda de prensa del Consejo. Llevaba desaparecido toda la semana, como si aquello de ser Portavoz no le fuera con él. Ha tenido tiempo más que suficiente para preparar una estrategia de defensa algo más sólida que el juego en que ha intentado convertir la rueda de prensa. Pero que Pío Cabanillas no se engañe: este viernes ha sido el turno de la prensa, pero queda todavía otro trago de mayor calado. El próximo miércoles le toca someterse a una auténtica batería de preguntas del PSOE en la sesión de control. Entonces no valdrán las “risitas” como única defensa. Más bien al contrario. Quizá entonces, de seguir por este camino, se le puede helar la risa.

Por cierto, entre tanta broma y chacota hay que dejar constancia de la soledad con que el Portavoz ha tenido que afrontar la rueda de prensa. Aparentemente estaba acompañado por Mariano Rajoy y Rodrigo Rato, pero en la práctica ninguno de los dos han mostrado el más mínimo gesto de apoyo o de ayuda. Esto no es ningún juego y cada uno deberá pagar por sus propios errores. Esas son las reglas –sin risas– de la política.

© www.libertaddigital.com 2002
Todos los derechos reservados

Titulares de Libertad Digital
Suscríbase ahora para recibir nuestros titulares cómodamente cada mañana en su correo electrónico. Le contamos lo que necesita saber para estar al día.

 &nbsp
!-->

En Opinión