Menú
Ignacio Villa

Entre la caricatura y la chirigota

Este hombre se ha convertido en una caricatura de sí mismo. Piensa que con realizar anuncios con la pomposidad y cursilería habituales en él ya es suficiente; pero tanta superficialidad ya no cuela.

Es difícil saber si tanta ineptitud es culpa de Rodríguez Zapatero o producto de la simpleza de sus colaboradores, pero este jueves hemos rebasado el límite de lo permisible. Resulta que Rodríguez Zapatero, después de su lastimoso viaje a Ceuta y Melilla, se ha acercado a Campamento –un barrio de Madrid donde se han recalificado antiguos terrenos militares– para dar el pistoletazo de salida a esta gran operación urbanística. Típica imagen de campaña electoral.

Pues bien, una vez realizada esa inauguración, el presidente del Gobierno tenía previsto intervenir. Y lo ha hecho para anunciar un "ambicioso" plan de inversiones al que ha llamado "Agenda Madrid 2006" y cuyo objetivo sería reafirmar su capitalidad. El anuncio ha tenido dos características esenciales. Por un lado no se ha cuantificado, algo imprescindible cuando se habla de infraestructuras que sólo tienen como termómetro de la verdad el dinero invertido. En segundo lugar, en la enumeración de algunas de esas iniciativas ha incluido algunas ya terminadas, otras en plena ejecución y otras adjudicadas. Incluso ha incorporado a este novedoso plan la Ley de Capitalidad, que lleva ya mucho tiempo en el legislativo y está en el tramite parlamentario final.

Este hombre se ha convertido en una caricatura de sí mismo. Piensa que con realizar anuncios con la pomposidad y cursilería habituales en él ya es suficiente; pero tanta superficialidad ya no cuela. Zapatero anuncia humo, vende la nada y lo intenta ocultar haciendo juegos de manos. Anunciar como grandes medidas del Gobierno infraestructuras ya terminadas, que en algunos casos se construyeron en tiempo del gobierno de José María Aznar, produce un asombro ilimitado. Esto parece ya una chirigota permanente.

Para su bromita, Zapatero se ha rodeado de un decorado que en colores y en maneras parecía más el escenario de un mitin que la presentación de unas nuevas viviendas. Y es que en Moncloa saben de sobra que las encuestas están por los suelos y que tienen que pasar a la ofensiva. Lo que ocurre es que piensan que los ciudadanos nos tragamos todo y no es así. Pero luego aseguran que no están desquiciados, no.

En Libre Mercado

    0
    comentarios