Esta es, sin duda, la pregunta que a los propios ministros del Gobierno les gustaría conocer su respuesta. ¿Está contento Aznar con nosotros?, se preguntan algunos de ellos con frecuencia. Una cuestión, no nos engañemos, que no tiene respuesta. Aunque todos saben que, después de los toques de atención del presidente –algo que no es habitual–, el “jefe” no está contento con el trabajo ni, sobre todo, con los resultados.
José María Aznar es hombre de pocas palabras. Cuando las cosas funcionan, simplemente se interesa por las distintas cuestiones y luego escucha. Pero no transmite lo que piensa. Cuando Aznar se enfada, y en esta ocasión lo ha hecho, las cosas son distintas. Y el presidente del Gobierno les ha llamado la atención a todos, recordándoles que hay que estar más pendiente del trabajo del Ejecutivo.
Parece que después de la “bronca” el Gobierno se despereza, y sus miembros intentan cambiar la imagen de poca coordinación y eficacia ofrecida hasta el momento. En estos últimos días ofrecen una imagen algo distinta. Pero, las diferentes crisis abiertas que han afectado a varios Ministerios dejan un reguero de ministros “tocados”, por un motivo o por otro. Aquellos que ciertamente tienen fuelle saldrán de esta batalla, heridos pero vivos. Habrá otros, más aparentes que consistentes, que sin duda se quedarán en el camino.
Aznar no está contento con su Ejecutivo, pero no lo dirá nunca. Los ministros, por ahora, sólo pueden trabajar y tomar nota. No hay que olvidarse de que el Congreso del PP será en menos de un año. Un buen momento para remodelar.
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