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Ignacio Villa

Gallardón respondón

El "caso Gallardón", como era previsible y conociendo mínimamente a este caballero, no se ha quedado en una simple anécdota intrascendente. La polémica surgida, por la subida de impuestos en el Ayuntamiento de Madrid, le ha proporcionado a Gallardón el protagonismo que él siempre ha reclamado y sigue reclamando. Ha vuelto, como tantas otras veces, a marcar su territorio, él quiere ir por libre y además pretende que en su partido le pongan la "alfombra roja" para aplaudir sus "salidas de tono". Y eso en política no siempre es posible.
 
Gallardón sigue fabricando su presente y su futuro a costa del Partido Popular, por encima de todos y de todo; pero lo que es mas grave, es que en el PP siguen sin aprender de este señor. Él hace "la pirula" tantas veces como quiere, pero entre los populares se conforman con exclamar: "este Alberto, que travieso". ¡Cuánto ingenuo dirigente popular pensó que Gallardón estaba de vuelta al redil, no hace muchos meses! La realidad es muy diferente, Gallardón está donde estaba, con el agravante de que ha vuelto a demostrar que nadie le mete en cintura, sencillamente porque va a lo suyo.
 
Lo cierto es que el Alcalde Madrid, a día de hoy, sigue sin ceder. Su mensaje ha sido claro:"solo obedeceré las ordenes del nuevo Jefe". Dicho y hecho. El secretario general del Partido Popular, según hemos sabido, ha mantenido el pasado martes una conversación en privado con Gallardón. Luego el miércoles, en una entrevista televisiva, Rajoy intentaba amortiguar la rebelión de Gallardón, explicando que sus iniciativas no van en contra de las líneas del Partido Popular en política económica. ¿En qué quedamos? Si todo esta tan bien, ¿qué razones llevaron a Rato y a Arenas a salir en tromba el pasado lunes? Aquí hay una rebelión interna, y deberá ser sofocada de inmediato para que no adquiera dimensiones mayores. Insistir en que no pasa nada es crear un peligroso precedente para otros dirigentes del PP.
 
La rebelión de Gallardón, se ha convertido ya en el primer "incendio" serio de Mariano Rajoy como secretario general del PP. Y no parece, así lo dice la experiencia, que con Gallardón sirvan los paños calientes y las buenas palabras. Lo cierto es que el Alcalde de Madrid es un respondón con retranca y Mariano Rajoy deberá tomar cartas en el asunto con fortaleza. En política, a veces hay que dar un golpe en la mesa; y esta vez parece que tendrá que ser una de ellas. El liderazgo interno de Rajoy esta en juego. Si Gallardón sigue a la suya, sin ceder, la autoridad interna del nuevo secretario general del PP se pondrá en entredicho. No se trata de echar un pulso a nadie; pero se trata de que no continúen algunos caballos desbocados, sin dueño ni control.
 
Esta vez no vale quedarse en un terreno intermedio. ¿Subir o bajar? Rajoy deberá definirse y demostrar que él es el que manda.

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