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Ignacio Villa

La calle tiene la palabra

Los despropósitos del Gobierno vasco parecen no tener final. La dinámica en la que ha entrado el Ejecutivo de Vitoria ofrece un panorama cada vez más irreversible. José María Aznar –en esta ocasión desde Kosovo- ha recordado al Gobierno de Ibarretxe que no se puede caer más bajo de lo que han caído. Y algo todavía más evidente: el Ejecutivo del PNV, legitimado democráticamente por la Constitución y el Estatuto, busca desesperadamente la deslegitimación de aquello que los refrenda políticamente.

Por todo esto, aparece de nuevo en la palestra lo que es la clave del futuro inmediato: la movilización social. La manifestación del próximo sábado en San Sebastián se antoja ya como un símbolo de una nueva etapa contra el terrorismo etarra. La recuperación activa del llamado “espíritu de Ermua” es una iniciativa clara del populares y socialistas. Más allá del diseño y la iniciativa política, el clamor de los ciudadanos vascos se debe convertir en una pieza necesaria en el cambio de rumbo del País Vasco. Los ciudadanos vascos necesitan y merecen un Poder ejecutivo que gobierno y un Poder legislativo que legisle. Algo que no ocurre ahora. Por lo tanto sólo hay un camino. Los ciudadanos vascos tienen la palabra.