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Ignacio Villa

La dignidad del perdedor

En política como en la vida saber perder es una virtud, y desde luego la actitud del Partido Popular y de su actual líder Mariano Rajoy ha sido un ejemplo de dignidad, de señorío y de saber encajar los reveses de la vida. El secretario general del PP salía en la noche electoral aceptando democráticamente la derrota y marcando el terreno de lo que será su trabajo como el principal líder de la oposición. Mariano Rajoy ha dicho que ejercerá como leal oposición, y ha recordado que la Constitución y la lucha contra el terrorismo serán sus prioridades. El gesto y las formas de Mariano Rajoy en una noche tan triste para los populares se puede considerar como ejemplar, impecable y tranquilizador. No parece que en el PP se vayan a producir movimientos sísmicos provocados por la derrota, al menos por ahora el cierre de filas es la reacción que se percibe desde fuera.
 
Quizá esa va a ser la gran cuestión para los populares. Saber mirar hacia adelante, conscientes de que la legislatura dura cuatro años, y sabedores de que la política es así. Una carrera de largo recorrido en la que unas veces se está arriba, en otras ocasiones se está abajo, pero el que aguanta hasta el final es el que se lleva el gato el agua. Desde luego, Mariano Rajoy tiene un equipo de lujo para desarrollar la oposición. Nada que ver con el equipo de González en el 96, entonces eran unos ministros salientes marcados por la corrupción y por el amiguismo. Y nada que ver tampoco con el equipo que acompañó a Aznar en la oposición, muchos son los mismos pero ahora tienen la experiencia del poder; y eso bien utilizado es mucho bagaje. Rajoy tiene una alineación de primera para realizar un pressing constante a un Gobierno que deberá de pactar sus iniciativas legislativas. Rajoy tiene un equipo de mucha calidad, de mucha consistencia, y de buen fuste. Ahora tendrá que sacar el máximo provecho a unos bancos de la oposición que pueden hacer muy intensa la legislatura.
 
El Partido Popular inicia una nueva etapa sin el liderazgo de Aznar, con una derrota inesperada y con una situación política nacional muy complicada. Mariano Rajoy tiene por delante muchos y variados retos. Pero el primero de ellos es engrasar una maquinaria afectada por los resultados electorales, tiene que tener también el objetivo de cohesionar a un partido que ahora no debería comenzar con enfrentamientos internos y rencillas. Y es que no hay que olvidarse que José María Aznar ha creado la costumbre de las legislaturas de cuatro años; pero con el PSOE no sabemos que puede pasar.
 
El PP deberá de ponerse a trabajar de inmediato pensando en el futuro. Se han perdido unas elecciones pero la vida sigue, y en política nunca está dicha la última palabra. Desde luego, la intervención pública de Rajoy la noche electoral es una buena muestra del talante popular en la oposición. Saber perder significa que uno puede ganar.

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