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Ignacio Villa

La estrategia internacional de Aznar

La elección de José María Aznar como nuevo presidente de la Internacional Demócrata de Centro no es una casualidad, no forma parte de un simple reconocimiento internacional al presidente del Gobierno español. Esta elección se debe a una cuidada estrategia internacional que mucho tiene que ver con el futuro del actual presidente y, de forma indirecta, con la sucesión. José María Aznar quiere tener abiertas todas las posibilidades tras el 2004. Una de esas opciones es la vertiente internacional, que puede ser una buena salida en caso de dejar el Palacio de La Moncloa. Pero también puede ser un buen complemento en caso de que volviera a presentarse como candidato en las próximas elecciones generales.

La estrategia internacional de Aznar tiene tres patas bien definidas: la Internacional Demócrata de Centro, el Partido Popular Europeo y la “macro” Fundación que el PP prepara y que será presentada en público en el próximo Congreso de los populares. Sobre la Internacional, el objetivo marcado ya lo ha conseguido. Además, ha aparcado la etiqueta de “cristiana” a cambio de la nueva marca de “centro”, un cambio que todavía tiene muchas reticencias dentro de los partidos históricos de la Internacional, pero que parece abrirse camino en las formas y en el fondo. Asimismo, Aznar ha llegado a la Presidencia gracias a un consenso general, que era la condición impuesta para aceptar el cargo. En todo caso, a partir de ahora viene lo más complicado: tendrá que dar contenido real e ideológico a la palabra “centro” y tendrá que conseguir aglutinar acción y mensajes en partidos políticos de muy diferente origen.

Respecto de la segunda pata, en el Partido Popular Europeo el presidente Aznar lo tiene por el momento todo bien atado. Aunque el presidente oficial es el belga Maertens, el lider natural y efectivo es él mismo. En este contexto le ha surgido un competidor como es el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, que no esconde sus intenciones de optar a esa presidencia de los populares europeos después de las elecciones europeas del 2004. Son, en todo caso, intenciones del jefe del Ejecutivo italiano que puede chocar con una realidad: los colegas europeos, por el momento, prefieren la personalidad de Aznar al permanente interrogante judicial del italiano.

Y por último, como tercera pata, tenemos la nueva “macro” Fundación del PP, que verá la luz en el Congreso de enero y que nace con la vocación de ser la plataforma oficial de Aznar en el día a día, caso de que abandone la Moncloa en 2004. Esta Fundación, que va a aglutinar todas las estructuras de estas características que tiene actualmente el PP, se convertirá con el tiempo en la “oficina” de Aznar cuando deje la presidencia del Gobierno.

Así pues, el presidente del Gobierno tendrá tres tarjetas de presentación para no cerrarse ninguna puerta en el futuro, y más si se diera el caso de que José María Aznar se decidiera a competir por la Presidencia de la Comisión Europea. Todos estos “planes internacionales” son una buena salida a la presidencia del Gobierno. Y en caso de continuar en La Moncloa, en la mayoría de estos casos nos hallamos ante planes complementarios. En definitiva, el objetivo sigue siendo el mismo: mantener las puertas abiertas a la espera de una decisión sobre la sucesión.

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