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Ignacio Villa

La jaula de grillos de Ferraz

Cada día, cada hora, cada momento que pasa, el guión político del PSOE, previsto por muchos, se está cumpliendo milimétricamente. El Partido Socialista se ha convertido en un auténtico patio de vecinos, en el que todos están enfadados y en el que cada uno actúa por su cuenta. Era lo previsible, y ha sido lo previsto. La derrota, con todas la de la ley, de los socialistas en Cataluña ha sido un auténtico bombazo político que ha convulsionado los cimientos de la calle Ferraz. Aunque la convulsión interna, en caso de una derrota, era esperable; lo que no se podía esperar es que los socialistas comenzaran, tan pronto, a tirarse los trastos a la cabeza sin recato ni pudor. Ciertamente el espectáculo, que ha empezado a ser lamentable, es muy peligroso para las aspiraciones electorales y es de efectos demoledores para el liderazgo de Zapatero.
 
Menos de cuarenta y ocho horas han transcurrido del varapalo electoral, cuando nos hemos encontrado con cinco opiniones bien diferentes de cinco importantes líderes socialistas. Cronológicamente, el primero en aparecer en el tiempo ha sido Rodríguez Ibarra, que pedía la exclusión de ERC de la órbita del Gobierno catalán; luego ha sido Pascual Maragall, que pedía el inicio inmediato de negociaciones con ERC e IC; más tarde ha irrumpido Manuel Chaves corrigiendo a Ibarra y advirtiendo que un pacto PSC-CiU significaría un fraude electoral. No ha faltado tampoco Rodríguez Zapatero, que en su línea habitual ha dicho ahora que él quiere un Gobierno de respeto constitucional ¡ahí es nada!, y por supuesto Felipe González, que quería también vela en este entierro y ha teorizado –¿alguien le ha entendido?– entre la España diversa y la España plural. En definitiva, son inimaginables tantas opiniones tan distintas y contradictorias entre sí, oídas en tan poco margen de tiempo y procedentes todas del mismo partido político.
 
El "guirigay" que tiene montado el Partido Socialista es de aúpa. En principio, era fácil calcular que una derrota en Cataluña del PSC podría precipitar una nueva crisis interna de los socialistas en la que se pusiera en duda la capacidad de liderazgo de Zapatero. Pero es que lo que está ocurriendo es la peor de las opciones posibles. Cada uno a lo suyo, hablando a los cuatro vientos y sin ninguna posición consensuada. Una auténtica jaula de grillos, en la que la situación es tan complicada que nadie puede predecir lo que pasará en el futuro. La derrota de Cataluña, no sólo ha "machacado" cualquier autoridad interna de Zapatero, ha destapado la "caja de los truenos". En el PSOE ya todo vale, se ha dinamitado cualquier disciplina interna de silencio y prudencia. Con el agravante de que quedan cuatro meses para las elecciones generales. ¡Vaya suplicio le espera a Zapatero! Aunque, lo que está ocurriendo, no le pude sorprender a nadie. El secretario general del PSOE está recogiendo los frutos de la torpeza, de la ambigüedad y de la falta de carácter. A este paso marzo, puede convertirse en una debacle irreversible.

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