Menú
Ignacio Villa

La lejanía social del Gobierno vasco

El último Euskobarómetro recién presentado arroja un dato que no puede pasar desapercibido al análisis: el aumento considerable en la sociedad vasca del número de ciudadanos que rechazan totalmente a la banda terrorista ETA. A estos números hay que sumar el que desde un punto de vista estadístico han desaparecido los ciudadanos que apoyan explícitamente a la banda terrorista ETA. Son unos datos, al menos, llamativos y que nos sitúan ante la realidad de que el nacionalismo y el Gobierno vasco se encuentran cada vez más lejos del sentir y de las preocupaciones reales de los ciudadanos vascos. El ejecutivo de Vitoria piensa que la exigua mayoría que obtuvieron en las últimas elecciones autonómicas les confiere el derecho y la autoridad para olvidar y arrinconar a aquellos que no les votaron y que tienen una forma de pensar diferente.

Es evidente que desde el Gobierno vasco se trabaja, a diario, para dividir a la sociedad en dos, para realizar en público una lista de buenos y otra lista de malos, para apropiarse, en definitiva, de unas señas de identidad que no les pertenecen. Los cambios en los estados de ánimo en el ambiente nacionalista, la elaboración de una actitud calculada y ramplona, la complicidad habitual con el entorno del terrorismo y una posición fría hacia todo lo que no sea lo propio son los ejemplos más claros de que el Gobierno vasco vive volcado en sus permanentes preocupaciones de supervivencia.

Con estos nuevos datos estadísticos se percibe que la sociedad vasca está cada vez más lejos de su Gobierno autonómico. Tener los votos no lo es todo. Se pueden ganar unas elecciones, se puede tener toda la legitimidad para formar Gobierno, se puede armonizar una cierta mayoría; pero con esas premisas el Gobierno vasco no se puede apropiar del pueblo vasco bajo un solo prisma, en una sola dimensión. El Ejecutivo de Ibarretxe se está cegando con unos datos electorales, que les confiere la capacidad de formar Gobierno, pero no para uniformar a toda la sociedad vasca. Ese intento de división, de clasificación en dos frentes, está provocando sin duda ese rechazo cada vez más generalizado hacia el mundo radical. El gobierno vasco cree tener la única verdad y lo que están consiguiendo es aislarse de sus propios ciudadanos. Un camino que han emprendido sin intención de rectificar. Aunque no se lo creen, están cada vez más solos. ¡Tiempo al tiempo!

En España

    0
    comentarios