Las encuestas en política son relativas, pero son relativas para todos y para todo. Recientemente, José María Aznar ha justificado la necesidad de no remodelar el Gobierno por la buena marcha de las encuestas.
Si tomamos al pie de la letra esa explicación, en Moncloa se habrán encendido todas las alarmas al conocer que los españoles valoran mejor a Rodríguez Zapatero que la presidente del Gobierno en el último Debate sobre el estado de la Nación. La diferencia no es mucha pero no se puede perder de vista que en este tipo de debates el presidente del Gobierno gana habitualmente por el “plus” del cargo, que no es poco.
Esta última encuesta del CIS es una simple encuesta. Hay que situarla en su contexto. Pero quizá es una gota más en un vaso que está a punto de rebosar.
Aquí nada tiene importancia. El Gobierno no comunica, no trasmite; pero no importa. El Gobierno no se coordina; pero es una moda de la prensa. El Gobierno provoca crisis como la del “orujo” todavía sin solucionar; pero debemos estar tranquilos. Aznar pierde en las encuestas del Debate; pero no hay miedo, Zapatero tan sólo cae bien pero no tiene mensaje.
No estaría demás que el Gobierno reacciones, salga de ese mundo maravilloso y perfecto en el que vive inmerso. La situación actual no es una moda. Tiene nombre y apellidos: ausencia de capacidad de reacción.
El verano está a la vuelta de la esquina. En Moncloa suspiran ya por las vacaciones. Este año más que nunca esperan que el parón veraniego sirva para tomar nuevos impulsos. De todas formas son también conscientes de que eso no es suficiente. Tienen que entrar a saco de las cuestiones de fondo, que se resumen en algo tan difícil como: la coordinación y la comunicación.
Y es que la política no es una moda, ni en los buenos tiempos, ni en los malos.
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