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Ignacio Villa

La oposición quiere más guerra

Había pocas dudas, pero la realidad se ha encargado de despejar cualquier borrón de inquietud. El PSOE e IU, definitivamente, están anclados en la estrategia de la guerra, de la crispación y del enfrentamiento. La oposición ha descubierto una forma de hacer política basada en el ataque indiscriminado e injustificado, que tiene formas aparentes pero resultados desastrosos. Desde el Partido Socialista y desde Izquierda Unida han enarbolado la bandera del pacifismo bélico y con el paso de los días les ha creado una adicción. Necesitan de una guerra para hacer política, necesitan de una guerra para atacar al Gobierno, necesitan de una guerra para tapar sus muchas deficiencias. Una vez que internacionalmente se ha dado por concluida la guerra de Irak, ahora piden más, ahora piden Siria.

Mientras tanto, los ciudadanos seguimos sin conocer ninguna iniciativa política de la oposición parlamentaria. ¿Conocen ustedes las propuestas fiscales, económicas, educativas, sobre la lucha antiterrorista o sobre al articulación de España del PSOE o de IU? No las conocen, sencillamente porque no las han hecho. Si preguntan a Zapatero poco tendrá que decir, a no ser que vuelva a sacar las propuestas de Jordi Sevilla, las iniciativas –con typex incluido– de Jesús Caldera, las peligrosas ideas para la unidad de España de Pascual Maragall o las inexplicables connivencias de Odón Elorza. Zapatero no dice nada, solo asiente y consiente; pero es incapaz de articular un programa serio de alternativa de Gobierno y con iniciativas. Calla ante los muchos problemas internos y se refugia en la calle y en la guerra. Si, en cambio, preguntan a Gaspar Llamazares el panorama es todavía más desolador. De Llamazares no se conoce ni una sola idea. Sólo se sabe de reverencias y más reverencias hacia Javier Madrazo, de quién sólo podemos hablar de sus "simpatías" hacia Batasuna y de su debilidad hacia los coches oficiales.

En fin, como ven, el panorama de la oposición es desolador. No tienen nada, y ofrecen mucho menos. Han basado desde hace meses su estrategia en la crítica a la guerra, y ahora se han dado cuenta de que necesitan más guerra. Después de Irak, quieren Siria. Y como no hay motivos para pensar en una nueva intervención militar, ellos se empeñan en insistir en que ahora toca Siria. Una auténtica pena. Ellos, que se han declarado "pacifistas" de nuevo cuño, no han necesitado mucho tiempo para que quede en evidencia que toda su estrategia se basa en la guerra pura y dura. En la guerra partidista y utilizada en beneficio propio.

El Gobierno del PP, en estos siete años de trabajo, ha cometido muchos y variados errores. Pero con esta oposición, el futuro no debería torcerse para los populares. Se han encontrado con una oposición belicista y guerrera como pocas, que a la hora de la verdad no sabe hacer política. Es la vuelta a los orígenes demagógicos de una izquierda que, por este camino, tiene muy poco futuro.

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