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Ignacio Villa

¡La que faltaba!

La telenovela socialista que estamos siguiendo estos días va recogiendo en su guión a todos los personajes posibles. Por el escenario ha pasado ya lo más granado de la actual dirección socialista, incluido algún que otro barón histórico, sin olvidarnos de un ex-presidente del Gobierno, además de alcaldes rebeldes, dirigentes regionales y un etcétera de lo más completo. Todos contra todos, con toda la artillería bien preparada.
 
En este complicado intercambio libre de pedradas, faltaba alguien, alguien de quién no hace mucho decía algún entusiasta, que era un "brillante en bruto" de la cantera de Ferraz. Una afirmación desmentida por los hechos en muy poco tiempo; ella misma se ha desacreditado dejándose llevar por la corriente de la inoperancia que inunda la calle Ferraz. Ya habrán descubierto ustedes, de quién estamos hablando: ella es Carmen Chacón. Esa "joyita" que repite linealmente lo que Perez Rubalcaba le escribe para las ruedas de prensa. Aunque habitualmente no se sale del guión, esta vez le ha podido su origen catalán y se ha descolgado con unas declaraciones en las que apuesta por el pacto entre PSC y ERC.
 
Con Chacón al ataque, las cosas han quedado mucho más claras: el cacao que se vive en el PSOE es de otro mundo. Estamos ya en un enfrentamiento de todos contra todos, en el que todos se corrigen en público, se llaman la atención sin recato y utilizan los medios de comunicación para tirarse los trastos. Chacón, que es la portavoz oficial del PSOE y que por lo tanto no puede hablar a título personal, se descuelga ahora diciendo que Rodríguez Ibarra no entiende la realidad catalana. Además, dice que la coalición PSC-ERC-IC no tiene porque dar miedo al resto de España. En esta tormenta en la que vive inmersa el PSOE, ¿en nombre de quién habla Chacón? ¿Corrige a Ibarra, en nombre de Zapatero o de Maragall ? ¿De quién cumple está vez el encargo de azuzar la polémica?
 
De todas formas, no estará de más tranquilizar a Carmen Chacón, y recordar a la portavoz socialista que lo que realmente da miedo no es la posible coalición del PSC; lo que da pavor es la imagen de disgregación, de peleas internas, de descontrol y de falta de discurso que existe en el Partido Socialista. El PSOE, que debería de conservar su carácter nacional, con un claro objetivo de vertebrar políticamente España junto al Partido Popular, se encuentra en una dinámica permisiva y terminal. El peligro se llama Partido Socialista; mejor dicho, su dirección federal con Zapatero al frente, que es incapaz de enderezar el rumbo del principal partido de la oposición. Sinceramente, por el bien de todos, que se callen en la calle Ferraz, que pongan orden y que laven sus trapos sucios a puerta cerrada. Lo último que nos faltaba por ver es que hasta Chacón interviene en esta polémica. Era la que faltaba para el duro.

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