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Ignacio Villa

La “quinta columna” y la gripe

De la crisis surgida sobre el ficticio viaje de Felipe González a Marruecos, al cabo de los días nos quedamos con dos cosas: primero, el ministro Portavoz, como responsable de la política informativa del Gobierno, no ha presentado todavía sus excusas por lo ocurrido; y en segundo lugar, es algo evidente que Rodríguez Zapatero se ha escondido detrás de una "gripe programada", mostrando otra vez una debilidad muy llamativa a la hora de hacer oposición. Hablando del Gobierno, no deja de ser paradójico que el presidente, el vicepresidente primero y el ministro de Exteriores se hayan disculpado ante el PSOE mientras que el ministro Cabanillas no lo ha hecho en ningún momento. Nadie le acusa de haber levantado el teléfono para filtrar la noticia. Pero simplemente, si tres personas del Ejecutivo, incluyendo al presidente, se disculpan, no hay ninguna razón para pensar que el Portavoz tiene motivos para evitar unas excusas que, en todo caso, le devolverían al menos parte de la credibilidad perdida durante estos días.

En el Ministerio del Portavoz no ocultan que han tocado la corneta para movilizar a los llamados “creadores oficiales de opinión”, que desde distintos medios han salido en tromba a defender al Portavoz. La llamada “quinta columna” de defensores del poder han intentado hacer su trabajo, pero sin el impacto mediático que pretendían. De la sesión del miércoles en el Congreso nos queda una imagen del Portavoz pobre en los argumentos y carente de recursos parlamentarios. En todo caso, el verdadero examen para Pío Cabanillas viene ahora. Si en las próximas semanas sabe remontar el vuelo con solidez, habrá que reconocer que ha parado el golpe. Por el contrario, si en los próximos días no recupera el ritmo, habrá que concluir que está tocado.

Pero junto a este análisis de la actitud del Gobierno no podemos dejar pasar lo que está ocurriendo en los bancos socialistas. Cada minuto que pasa es más concluyente que el PSOE ha desaprovechado una de esas grandes oportunidades que tiene un partido opositor durante una legislatura. La “gripe programada” de tres días de Zapatero ha dejado en evidencia a unos socialistas sin estrategia, sin línea de actuación, pero sobre todo sin liderazgo. Visto lo visto, este PSOE de Zapatero no tiene futuro. Son ya varias las oportunidades que han dejado escapar. Una cosa es una oposición tranquila y otra muy distinta es desaparecer en combate. Zapatero ha vuelto a fallar, ha vuelto a no dar la talla, ha vuelto a equivocarse. Con el paso de las horas se vislumbra una crisis interna casi inmediata en el PSOE. La incapacidad de Zapatero para diseñar una estrategia correcta que aprovechara la pifia del Gobierno, es una muestra más de los errores encadenados con los que esta dirección del PSOE está premiando a sus militantes.

El Gobierno ha estado mal, pero ante la inutilidad socialista hay que pensar que el Ejecutivo tiene a su alcance los resortes adecuados para recuperar la posición anterior. Lo único que tendrán que aprender es la lección, sobre todo para no volver a caer en los mismo errores. Es decir, tendrán que arrinconar de una vez la complicada política informativa de las filtraciones. Ya veremos si escarmientan.

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