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Ignacio Villa

La Rebelión ciudadana

Se ha visto un nuevo ejemplo, un nuevo capítulo, de la esquizofrenia nacionalista en Bilbao. El PNV ha movido todos sus resortes para intentar boicotear un acto del presidente del Gobierno con los empresarios. El Gobierno vasco y la Diputación Foral de Vizcaya han negado su asistencia. Y, com excusa al boicot, han dicho que la iniciativa tenía intenciones electorales, pese a estar organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), conformada por empresarios. En este ambiente de descortesía institucional, el Alcalde de Bilbao, Iñaki Azcuna, ha roto con esa actitud de los nacionalistas aceptando la representación de la ciudad en dicho acto.

Lo cierto es que José María Aznar, que no acostumbra a desaprovechar sus intervenciones en el País Vasco, ha puesto el dedo en la llaga. Ha recordado a más de quinientos empresarios, que desafiando al PNV han acudido al acto, que no se puede vivir bajo el chantaje, el miedo y el impuesto revolucionario. Que no se puede aceptar una situación que no ofrece ni los mínimos democráticos.

Además, el presidente del Gobierno ha insistido en algo crucial. No es suficiente con aceptar con pasividad y resignación una falta permanente de libertad. Hay que rebelarse. No sólo deben actuar así los empresarios. Hay que hacerlo desde todos los sectores de la vida pública y ciudadana. Hay que exigir unos mínimos que estén en sintonía con unos principios democráticos a los que nunca se debe renunciar.

Esta rebelión de la sociedad, desde todos los sectores y desde todas las siglas políticas que acepten las reglas democráticas, es el camino para sacar al País Vasco de su crisis institucional y política. La rebelión popular, serena y civilizada, tiene una oportunidad única el próximo 13 de mayo. Es la ocasión, no para que gane tal o cual partido, es el momento para devolver la normalidad que los vascos se merecen.

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