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Ignacio Villa

La sociedad del miedo

La crueldad con que el nacionalismo está acorralando a los que piensan de forma diferente a ellos no tiene límite ni hace distinción de nombres y de personas. Ya son muchos los vascos que han tenido, y tienen todavía, que abandonar su tierra por la situación de ahogo social, profesional y psicológico a la que son sometidos constantemente. En la larga lista de deserciones hay un buen número de personas conocidas, pero hay otros muchos personajes anónimos que no pueden soportar, atónitos, la indefensión institucional que sufren en sus propias carnes. Muchos de ellos observan incrédulos como el Gobierno vasco y sus Instituciones se desentienden de una realidad cotidiana que se sitúa muy lejos de la normalidad democrática. Muchos de ellos padecen la complicidad del entorno nacionalista, que se refugia como mínimo en la pasividad, permitiendo la consolidación de una sociedad atosigada por el miedo. Muchos de ellos se desesperan, incapaces de entender cómo aquellos que se dicen demócratas permiten a los terroristas actuar con el respaldo de quienes deberían tener como primer objetivo la desaparición del terrorismo.

Con este panorama desolador para cualquier ciudadano con principios democráticos, el anuncio de que Francisco José Llera, catedrático de la UPV, abandonará el País Vasco, es un ejemplo más de la calamitosa actitud del Gobierno de Ibarretxe hacia sus propios ciudadanos. Es una nueva llamada de atención para aquellos que se pierden en afirmaciones mezquinas de ambiguedad permitiendo la actividad terrorista. No hay tiempo para más engaños. El terrorismo no consiste sólo en asesinar y en poner coches bombas. Terrorismo no es sólo el comando y la dinamita. Terrorismo es también provocar el miedo y la angustia vital en la sociedad con amenazas y actitudes extremistas. Terrorismo es la desaparición efectiva de las Instituciones democráticas, y su sustitución por la dictadura de un pensamiento único. Terrorismo es, en definitiva, destrozar a una sociedad entera sin dejar margen para la diversidad y la opinión. El concepto de terrorismo es, pues, muy amplio, por lo que la actitud pasiva, miedosa y deliberadamente imprecisa del Gobierno vasco ante la implantación evidente de una sociedad del miedo no es sino una colaboración directa con estas estrategias que están castigando al País Vasco.

El "abandono obligado" del director del Euskobarómetro de su tierra es un fruto más de los verdaderos objetivos del nacionalismo vasco. Es un nuevo resultado de esta pasividad cómplice del Ejecutivo de Ibarretxe. Esta es, en definitiva, la libertad que quiere su Gobierno para los ciudadanos vascos. Esta es la sociedad que buscan los nacionalistas para aquellos vascos que no piensan como ellos. Este es el ambiente de convivencia que el PNV pretende sea algo generalizado en la sociedad vasca. Este es el modelo que el soberanismo quiere para los vascos. Así se vive y se sufre en una sociedad paralizada por el miedo.

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