Menú
Ignacio Villa

La sucesión: ¿Cosa de dos?

La política tiene estas cosas. En un minuto puede cambiar una trayectoria, una semana parece un mundo y un mes se puede convertir en una vida entera. Quizá por ello los políticos saben que deben fomentar, por encima de todo, aquello de las "siete vidas", por lo que pueda pasar. En política no es suficiente seguir vivo, lo importante es saber cuantas "vidas" quedan en la despensa.

El inesperado desastre del petrolero pirata "Prestige", la evidencia de que el Gobierno sigue siendo un desastre a la hora de coordinar y comunicar, ha cambiado el paso político de un Gabinete y de un Partido para los que todos los imprevistos, sean los que sean, tienen siempre una resonancia directa en la cuestión pendiente de la sucesión. En este sentido, el desastre ecológico de las costas gallegas no podía ser menos.

En las filas populares, hay quien dice que el caso "Prestige" ha acabado con las aspiraciones sucesorias de Mariano Rajoy. Estas afirmaciones, difundidas por sus enemigos, son, como siempre, discutibles. Pero lo que sí parece cierto es que todo lo ocurrido con el buque hundido no le ha beneficiado al actual Vicepresidente primero del Gobierno. Es evidente que le ha cambiado los planes. Rajoy, que salió tocado de la epidemia de las "vacas locas", vuelve a salir mal parado del hundimiento del petrolero pirata. En las dos ocasiones no parece haber estado a la altura de las circunstancias.

El Gobierno, desde luego, no tiene la culpa de que el barco se partiera y se hundiera; pero el Ejecutivo no ha sabido gestionar bien la crisis y ha vuelto a ofrecer una imagen de poca coordinación y de claro desconcierto interno a la hora de tomar las decisiones. A Rajoy no le ha sentado bien esta crisis, mientras que otros como Rato, Mayor, Zaplana, Arenas o Acebes, por citar una amplia lista de "posibles", esta historia ni les ha rozado.

El Gobierno no tiene la culpa del accidente del barco, pero sí tiene la culpa de haber dejado que este desastre entrara de lleno en la polémica política. Después de los primeros días de caos, en los que medio Gobierno se arrogaba capacidad para hacer frente a la crisis, ahora todos miran a Rajoy como el único encargado de encauzar la actividad del Ejecutivo en este asunto. Posiblemente el "Prestige" no ha hundido definitivamente a Mariano Rajoy en la carrera por la sucesión, puesto que en política todo es posible hasta el ultimo minuto. Pero este desastre, fuera de guión, sí que ha abierto un boquete en el casco del vicepresidente primero y ha provocado una cierta duda en otros dirigentes del PP sobre la verdadera capacidad de Rajoy para ponerse al frente de la nave, una vez que Aznar se haya retirado definitivamente.

En política nunca está dicha la ultima palabra, pero desde luego, Rajoy no puede estar contento por todo lo que está pasando. Y lo peor es que la historia no ha terminado. La polemica del "Prestige" sugiere que la sucesión podría ser ya cosa de dos. Al menos comienzan a registrarse diferencias entre unos y otros candidatos.

En Opinión