¿Qué tiene que esconder el Gobierno? ¿Cuál es la razón de tanta duda y de tan poca concreción? Son ya muchos los días en los que el Ejecutivo Zapatero ha preferido mirar hacia otra parte. Parece que el Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV) no va con ellos, y la realidad es que todo tiene un lamentable aspecto de pacto bajo cuerda.
A estas alturas parece que el gran logro democrático de la próxima legislatura en el parlamento de Vitoria va a saltar por los aires. La única realidad que parecía clara y reconfortante era que la nueva legislatura que iba a salir de las urnas del 17 de abril no daría cobijo a los terroristas en los escaños parlamentarios. Esa era la idea que todos los demócratas acariciábamos después de la puesta en marcha de la Ley de partidos y de la ilegalización de Batasuna y aledaños.
Esa era la ilusión, que por momentos está llamada a ser un auténtico fracaso. Visto lo visto. Y escuchado a este Gobierno que está lampando entre la nada y la nada; todo indica que el PCTV puede aterrizar en el Parlamento vasco como careta real de los terroristas etarras.
Sí esto ocurre así, que nadie se engañe: el culpable de esa negligencia se llama Rodríguez Zapatero. El presidente del Gobierno y los ministros responsables han actuado con una blandura inexpugnable, sabiendo que detrás de esas siglas (PCTV) había terrorismo puro y duro. La actitud que ha mantenido Zapatero en esta cuestión no es de recibo. Es más, tritura el Pacto Antiterrorista y abre un interrogante sobre el incumplimiento del Gobierno de la legislación dispuesta en la Ley de Partidos.
Zapatero no sólo está actuando de forma irresponsable. Mucho más. Zapatero está buscando un rédito político de puro conchabeo, pero cuidado, no con los nacionalistas; el conchabeo es con el entorno de los terroristas de Batasuna. El Gobierno lleva mucho tiempo "mareando una perdiz" incendiaria y peligrosa con la esperanza de que unos buenos resultados electorales ocultaran esos trapicheos. El problema para Zapatero es que con unos resultados mediocres para los socialistas vascos –como sugieren las encuestas– se le va a ver las intenciones con demasiada claridad. Y quién calcula con los terroristas se termina quemando. Y está vez la "tostada" huele a chamusquina.