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Ignacio Villa

La verdad no se compra con dinero

Si en algún momento los familiares de los militares muertos o los testigos oculares del segundo helicóptero deciden dar su versión pública de los hechos, el Gobierno se puede caer con todo el equipo

Rodríguez Zapatero, por fin, se ha dignado a pisar el Congreso de los Diputados para hablar sobre el helicóptero siniestrado en Afganistán hace más de un mes. Y decimos hablar, puesto que el presidente del Gobierno ha sido incapaz de ofrecer novedad alguna sobre la muerte de 17 soldados en Afganistán. Zapatero no sabe todavía lo qué ocurrió en agosto, es más, pasa de puntillas sobre la realidad de los hechos, no reconoce el objetivo real del Ejercito español en esa misión y para tapar la boca ofrece dinero para el desarrollo –amparado en su alianza de civilizaciones– como sí esto fuera un problema de pan y circo.
 
La estrategia de Moncloa vuelve a ser la habitual para despistar. Han intentado meter en el mismo paquete parlamentario el siniestro no aclarado del helicóptero y el circo de la "alianza". Un intento de despiste, penúltima pirueta política de un Gobierno que oculta la verdad como estrategia habitual de actuación.
 
En esta ocasión, además, Zapatero ha ido más lejos. No estamos asistiendo a un acto más de su cursilería política. El gran problema –y él lo tiene que saber– es que no estamos hablando de una trampa política; estamos hablando de la muerte de 17 soldados españoles muertos en acto de servicio. Unas muertes de las que todavía no sabemos la realidad de lo ocurrido. Un mes después seguimos con conjeturas, con suposiciones y con informes aproximados; pero han sido incapaces de explicar el fondo de los hechos. Y en esta ocasión, teniendo la trascendencia que tiene, no se puede pasar por alto.
 
Del pleno parlamentario de este miércoles en el Congreso nos queda una afirmación que puede ser demoledora en el futuro para el presidente. Zapatero ha hecho propio el informe del ministerio donde se descarta el ataque exterior. Deberían saber en Moncloa que en la fonoteca está guardada esa afirmación. Si en algún momento los familiares de los militares muertos o los testigos oculares del segundo helicóptero deciden dar su versión pública de los hechos, el Gobierno se puede caer con todo el equipo. Y entonces ya no habrá marcha atrás. Zapatero ha encontrado en el siniestro de Afganistán la réplica a su forma de hacer política en la oposición. Al final se ha encontrado con su propia moneda. Y todavía no está dicha la última palabra.

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