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Ignacio Villa

Las cesiones de Zapatero

Rubalcaba se ve forzado a decir que con chantaje nunca se podrá negociar con los terroristas, intentando contener lo incontenible. Pero el terrorismo es chantaje y nunca ha sido otra cosa.

El ministro del Interior, Pérez Rubalcaba, ha dado una rueda de prensa para anunciar que incumplirá al promesa de Zapatero, reiterada por De la Vega el pasado viernes, de informar a los grupos parlamentarios este mes de septiembre. Por lo que se ve, las promesas hechas a los terroristas se cumplen, pero las hechas a los ciudadanos que no usan las armas para imponer sus opciones políticas, no.

El presidente del Gobierno lleva muchos meses cediendo a las exigencias de la banda terrorista ETA. Dinamitó el Pacto Antiterrorista, convirtiendo en papel mojado la Ley de Partidos. Desmontó el operativo antiterrorista, de probada eficacia, enviando incluso a algunos miembros del mismo a embajadas en el extranjero. Permitió e intentó encubrir a la red de extorsión de ETA. Ensalzó a Arnaldo Otegi como el gran protagonista de la paz, permitiendo a Batasuna actuar como si fuera un partido legal, con actos públicos y comparecencias de prensa, olvidando que es parte de la banda terrorista ETA. Ha perseguido a las víctimas, incluyendo la reciente prohibición de hacer ruido a la manifestación del 1 de octubre. Zapatero ha llegado incluso a afirmar en público que los vascos tienen derecho a escoger su futuro sin contar con el resto de los españoles.

Lo cierto es que, durante este tiempo, ha creado unas expectativas que no se corresponden con la realidad. De modo que, para poder seguir manteniéndolas, Zapatero no ha dejado de ceder y, por lo tanto, los terroristas no ven límite alguno a sus exigencias. Y Rubalcaba se ve forzado a decir que con chantaje nunca se podrá negociar con los terroristas, intentando contener lo incontenible. Pero el terrorismo es chantaje y nunca ha sido otra cosa. Si realmente creyera eso, jamás habría iniciado conversación alguna.

Estas declaraciones son la única y parca contestación del Gobierno ante el nuevo comunicado de ETA, realizado entre disparos y encapuchados. Intentan rebajar la gravedad de lo ocurrido, pero los españoles por el momento no estamos tan cegados por la palabra "paz" como para no darnos cuenta de lo que está sucediendo. Pese a que cada día se hace más evidente el grave error que han cometido, cuando se ha cedido tanto y se ha vendido tanto la idea de que ETA no volverá a matar que echarse atrás no es sencillo.

Aún así, la única posibilidad que le queda al ejecutivo es la rectificación pública y el regreso al Pacto Antiterrorista y al uso de los mecanismo del Estado de Derecho contra el terror. Pero eso sería tanto como reconocer que el PP estaba en lo cierto con su política y sus palabras y ellos no. Si no lo han reconocido aún en materia de inmigración, ¿cómo iba Zapatero a "rebajarse" a conceder al contrario la razón en la lucha antiterrorista? Pero si no lo hace, se le recordará sólo como el responsable de haber metido a toda España en este atolladero, pagando a cambio la salud de la democracia. Un precio demasiado alto.

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