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Ignacio Villa

Leer los resultados

Esta noche electoral en el País Vasco no ha sido una más. El 13 de mayo ofrece unos resultados en apariencia contundentes, pero que ahora hay que leer con prudencia. De eso saben los tres candidatos, que se han mostrado ciertamente sosegados.

Hemos visto a un Ibarretxe triunfal –que se sentía reforzado– pero que no ha querido, en ningún momento, mostrar un entusiasmo excesivo.

Jaime Mayor Oreja ha estado prudente y agradecido, y sabiendo que más allá de no haber alcanzado los escaños deseados, con este resultado obtenido debe buscar un papel claro del PP en el País Vasco con un mensaje diáfano.

Nicolás Redondo Terreros, en una noche difícil, ha tenido la sabiduría de subrayar los principios que ha manejado en campaña, dejando en evidencia el mal protagonismo de la dirección nacional y recuperando un mensaje del Pacto de Ajuria Enea: la unión de todos los partidos democráticos.

Nos quedan los dos partidos perdedores. Javier Madrazo, que curiosamente ha obtenido más escaños de los esperados pero que, en cambio, es menos imprescindible de lo que se creía. Y, por último, EH: la gran perdedora de la noche, que se queda con la mitad de los escaños de la anterior legislatura y que si quiere sobrevivir políticamente tendrá que recomponer un discurso fundamentado en el terrorismo.

En definitiva, los resultados del País Vasco nos enseñan dos cosas: la condena determinante de la violencia y la necesidad de recomponer un mapa político más cercano a Ajuria Enea que a los principios soberanistas. Nos gustaría a todos que estos resultados, tan beneficiosos para el PNV, pudieran significar también una puerta para que el nacionalismo vuelva al Estatuto.

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