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Ignacio Villa

Los cuatro amigos de siempre

En este curso político altamente electoral que ahora comienza, los partidos abren sus puertas de par en par a la hora de elaborar las listas. Es el momento más rastrero y lamentable de las formaciones políticas, que enseñan públicamente todas las rencillas, las zancadillas y las más bajas intenciones de los suyos. Todos quieren estar en primera línea, asegurarse un puesto de salida en las listas, amarrar un número de lujo. Todos quieren lo mismo: por lo que los navajazos y enfrentamientos están a la orden del día. Ahora, cuando las elecciones madrileñas, catalanas, andaluzas y generales están a la vuelta de la esquina, en el PSOE, además de dejar abierta la ventana de las disputas internas, han dejado abierta la puerta de la incapacidad para renovar a sus viejos e históricos nombres.

Más de veinte años después del histórico triunfo del PSOE en aquel octubre del 82, los socialistas insisten con los mismos nombres: siguen a vueltas con Felipe González, Alfonso Guerra, Manuel Chaves y Matilde Fernández. ¿Donde está la renovación prometida por Zapatero? ¿No tienen los socialistas gente nueva y preparada para llegar al poder? ¿Es el PSOE incapaz de preparar una nueva generación de políticos que puedan articular una alternativa? Por lo que estamos viendo siguen recurriendo a los de siempre, los mismos que les llevaron a la corrupción, que ofendieron a miles de ciudadanos con el terrorismo de Estado y que han llevado al PSOE al callejón sin salida de la oposición. El PSOE de Zapatero, al final, sigue recurriendo a unos rostros "quemados" por sus errores y enterrados por sus soberbias.

Felipe González dice que se va después de despreciar a su propio grupo parlamentario. Luego, Alfonso Guerra se ofrece como número uno por Sevilla. Más tarde, Manuel Chaves le para los pies a Guerra, que envía a uno de los suyos para pedir a González que siga. Mientras tanto, Chaves no duda en seguir presentándose a las elecciones andaluzas. Y ahora, para remate, después del desgaste político que ha sufrido el PSOE en la Asamblea de Madrid, como gran solución a sus males recurren a Matilde Fernández. En fin, una auténtica galería de retratos históricos del PSOE que ya están "agotados" políticamente y que, además, poco pueden aportar a un teórico "proyecto nuevo".

Con este panorama, lo único claro que nos queda es que el Partido Socialista se agota por momentos. No tiene repuestos y no están dispuestos a buscarlos. Con este equipaje, poco viaje hay por delante. Al final van a ser cuatro amigos y encima, los de siempre.

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