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Ignacio Villa

Los gestos del Rey

El Rey, en muchas ocasiones, no puede hablar. La prudencia, la necesidad de no bajar al terreno de forma partidista o incluso la importancia de que siempre exista una referencia por encima de lo circunstancial es lo que explica que don Juan Carlos se sitúe al margen del pulso político diario.

Es verdad que, algunas veces, se echa en falta alguna intervención del Rey en algunas cuestiones que pueden afectar a los españoles. Pero también es verdad que en otras muchas ocasiones se agradece que el Monarca esté por encima del bien y del mal, para que siempre exista una estancia intocable por encima de lo más cotidiano.

Dicho lo cual, no era fácil la audiencia que el Rey Don Juan Carlos ha concedido a Juan José Ibarretxe, investido ya como nuevo Jefe del Gobierno vasco, tras las últimas elecciones. Del contenido de ese encuentro nada serio ha trascendido, aunque en estos últimos días de manejaban informaciones periodísticas que indicaban que Ibarretxe podía plantear al Rey la intención de su Gobierno de iniciar el camino de la autodeterminación.

Poco ha trascendido, decía, de las conversaciones. Pero sí nos hemos quedado con una imagen que vale por mil palabras. En el momento de las fotografías y las imágenes, el Rey ha saludado serio, gráficamente serio a Ibarretxe. Incluso este ha intentado por dos veces iniciar una conversación, intentos que el Monarca ha respondido con un monosílabo.

Es suficiente con haber asistido a otras audiencias de estas características para comparar mínimamente y caer en la cuenta de que el Rey ha estado frío y distante. Un gesto valiente. Y es que en ocasiones don Juan Carlos tiene que hablar con gestos, esta vez ha sido más que suficiente.

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