Manuel Fraga ha sido abucheado en Vigo y no pasa nada. Es más, el rector de la Universidad de esa ciudad gallega, Domingo Docampo, además de lamentar los incidentes ha dicho que estos actos "son la multa que hay que pagar por la democracia". En fin, una condena cuando menos simplista después del asalto al grito de "asesino y fascista" con que varias decenas de estudiantes recibieron a Fraga en el recinto universitario donde acudía a dictar una conferencia. El mismo lugar donde estuvo –por cierto– Rodríguez Zapatero hace algo más de un año y donde nadie dijo nada.
Los estudiantes que han abucheado al dirigente del Partido Popular se denominaban a sí mismos como "independentistas radicales". Quizá esa es la razón por la que el rector no ha dicho que esos estudiantes son "fachas, retrógrados y violentos"; quizá por eso se ha limitado a decir que no le gustaba lo que había pasado evitando calificar a estos bárbaros.
Hay quién puede pensar que lo ocurrido en Vigo con Fraga es parecido con lo que le ocurrió a Carrillo en la Autónoma de Madrid. Absolutamente falso. Fraga ha sido presidente de la Xunta de Galicia durante varias legislaturas, es padre de la Constitución y tiene una larga trayectoria política. Carrillo, que en la transición supo encontrar su sitio con la ayuda de todos, ha entrado ahora en la dinámica de la provocación y de la recuperación de una historia que no ha existido gracias a Zapatero. Carrillo entrando en el juego que ha entrado ha recuperado la memoria de Paracuellos; hasta tal punto que el doctorado de la Autónoma viene reconocido por su “labor” en la Junta de Defensa de Madrid, responsable de los tremendos asesinatos de Paracuellos.
Nada que ver una cosa con la otra. Con Fraga se puede no estar de acuerdo pero puestos a escoger biografías entre Fraga y Carrillo, me quedo con el político gallego. Y es que Paracuellos deja las cosas en su sitio y la balanza atrofiada.
Por cierto, ¿dónde están los progres que salieron como toros el día en que Carrillo fue respondido en la Autónoma? Esta vez se han escondido en sus cloacas. Esta vez, han desaparecido. No existen. Qué simples son, cómo se delatan, cómo se derrite esa progresía de dos al cuarto. Fraga, hasta hace pocas semanas presidente de la Xunta de Galicia, ha sido abucheado y dicen que es una "multa de la democracia". Sencillamente, ha sido un atentado de los independentistas que sólo entienden de actitudes totalitarias. Ahora ya sabemos quiénes están crispando el ambiente. ¿No le parece señor Montilla?
